Capítulo: 1

37 3 1
                                    

Desde pequeña me la pasaba mirando al cielo esperando la llegada de la noche, mi momento preferido en la tierra y la razón de todas mis incertidumbres

Mi abuela decía, que si estábamos bien alerta, podíamos escuchar el momento exacto en que las estrellas tocaban el suelo, y solo entonces, si pensábamos fuertemente en lo que deseamos, ese deseo se convertiría en realidad

Nunca he tenido la oportunidad de confirmar la veracidad de sus palabras, aunque en ocasiones me despierto en medio de la noche con la sensación de que me estoy perdiendo de algo sumamente importante

Ahora lo achaco a mi imaginación y creo que solo eran historias para entretener a los niños pero...

Ese maldito pero... que te deja con la incertidumbre de lo que podría ser o más bien la excusa de los tontos que lo usan antes de tirarse al vacío, y en mi caso, me lancé de cabezas

Todo comenzó en una mañana a principios de mayo, el sol brillaba fuertemente anunciando la llegada de un nuevo día

La fragancia de las flores y el olor a tierra mojada que entra por la ventana inunda mis fosas nasales y mi corazón late tan rápido como si se me fuese a salir del pecho, tengo un presentimiento...

"hoy es uno de esos días"

-Eli, se te hace tarde para la escuela ~el grito de mi madre desde la cocina hace que me levante en un santiamén

-Ya voy mamá

Escondo mi diario debajo de la almohada y me dirijo al baño para ducharme y cepillarme los dientes

Me pongo el uniforme y procedo a hacerme mi trenza característica mientras canto a todo pulmón "livin on a prayer" de Bon Jovi usando mi cepillo como micrófono mientras le doy un espectáculo un tanto ridículo a mi reflejo en el espejo

No pude evitarlo, amo esa canción, mi padre siempre la ponía cuando íbamos en auto a cualquier sitio y acabó por convertirse en una de mis canciones favoritas de la infancia

Me miro por última vez críticamente y acepto el hecho inevitable de que soy una adolescente común y corriente que cursa el 11no grado de la preparatoria

Largos cabellos castaños, ojos café heredados de mi familia materna y dientes que pueden llamarse bonitos

Me cuelgo la mochila en uno de mis hombros y bajo las escaleras a toda velocidad deslizándome por el pasamanos como hacía de pequeña

Voy directamente en dirección a la cocina tarareando mi repertorio de canciones favoritas e inmediatamente mi olfato capta el maravilloso olor del desayuno colocado encima de la encimera

-¡Que guay!

Tostadas, tortitas y el indispensable señor tocino acompañadas de jugo de naranja

Nada como esto para empezar el día

Bebo mi vaso de jugo en tiempo récord y me coloco una tostada entre los dientes para marcharme sin tener que pasar por el escrutinio de mi madre, pero, como de costumbre mi suerte opto por irse de paseo a un lugar muy lejano, pues justo cuando estoy a punto de atravesar el umbral de la puerta trasera un ligero toquesito en mi hombro derecho me detiene en seco

-¿A dónde cree que va con tanto apuro jovencita? ~la voz de mi temida madre hace que me gire lentamente

Observo cómo pone una mano en su cintura mientras que la otra sujeta en alto una espátula en forma amenazadora

Oh, dios de mi vida, aún soy demasiado joven para morir

-¿y bien? Estoy esperando una respuesta ~frunce más el ceño mirándome con reprobación

Cuando las estrellas tocan el sueloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora