Y se acercó al temido espejo de su habitación, aquel al que siempre ignoraba al pasar por su lado simplemente por miedo. Pero esta vez fue diferente, se llenó de fortaleza y miró a través de él.
No estaba el prototipo que ella siempre había querido ser, sino que resultó haber una chica normal y corriente, con sus defectos pero también con sus virtudes. Y por alguna extraña razón, aquella "normalidad" la agradaba.
Ya no sentía ese odio hacia sí misma que la oprimía el pecho y no la dejaba vivir. Ya no existía el deseo de esa extrema delgadez, de esas curvas, de ese hueco entre las piernas, de esa cara perfecta, de aparentar ser lo que no es, de no ser ella misma. Ya no estaba nada de eso. Ahora se quería tal y como era, no necesitaba complacer a todo el mundo.
Aún así seguía sacándose defectos de cuerpo y personalidad, pero ya no estaban influenciados por insultos de personas o modas; no obstante, también veía en ella, ciertas virtudes que antes no habría sabido ver y valorar.
Se sentía agusto consigo misma, respiraba feliz.
Sin embargo, aunque estaba segura de que todo lo que había construido sobre ella era sólido y fuerte, tenía miedo de que alguien lo destrozara y todo volviese a empezar, reapareciendo el pánico al espejo.
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Trozos de mí
RandomTextos que realmente son partes de mí. No los busquéis sentido ya que muchos no lo tendrán. Espero que les guste.