Prólogo: El Mal Comienzo

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(Leader: Para entender la escritura de esta historia, es importante saber:

«Narración en tercera persona.»

«- Habla. -»

«Pensamientos de un personaje en primera persona.»

«*Sonidos y expresiones*»

«Título de la historia, de la parte y el final del capítulo. En casos especiales, se usará vagamente en la narración para resaltar.»

«*SONIDOS Y EXPRESIONES FUERTES*»

«CURIOSIDADES»

«(Leader: Palabras del autor.)»

También:

Los personajes de esta historia no me pertenecen. Tienen su respectivo autor de su respectiva novela cada personaje. Esta historia fue hecha por un fan para fans y sin ningún propósito de lucro.

Y por último:

Esta historia tiene partes de literatura GÓTICA (GORE). Lean bajo su propio riesgo las partes donde hay descripciones oscuras.

Una vez entendido todo lo antes dicho, disfruten su lectura.)



Reiniciando mi Libertad en Otro Mundo

Prólogo: El Mal Comienzo


- ¡...!

Sintiendo una sensación de frío tan repentinamente, se dio cuenta de que algo le pasaba a su cuerpo.

Había despertado bruscamente, levantando la parte superior de su cuerpo y a su vez, sentándose en la cama donde conciliaba el sueño.

Hace frío...

Su piel se puso como la de una gallina. La queratina acumulada en su piel solo logró que se pusiera rígido. Se frotó los brazos con un repentino sentimiento de ansiedad, cada vez aumentando su fuerza hasta el punto que sentía dolor, pero nada calmó la agitación de su cuerpo.

Es correcto afirmar que sus brazos ahora estaban contraídos y entumecidos, pero no se sabría si fue por el frío o por frotarse los brazos con tanta fuerza.

- M-mierda.

Su cuerpo experimentaba la: debilidad y fragilidad. Ambas palabras podrían significar lo mismo, pero para su cuerpo no. Estaba perdiendo progresivamente su vitalidad.

En otras palabras, estaba llegando a su "fin". Y eso, ÉL, lo sabía.

- ¡Tsk!

Su expresión tranquila cambió a una de molestia, pero no tuvo mucho tiempo para quejarse.

Sintiendo nauseas tan de repente, instintivamente se tapo la boca.

*Bluagh!*

Vomitó. Ensució sus manos y también las mantas que lo cubrían cuando dormía.

El sudor que salía de las glándulas de su piel no cesaba. Esto solo lo puso más nervioso.

Su sistema inmunológico parecía ignorar todos los síntomas que se presentaban ante él, deduciendo desde antes que su cuerpo no podría combatir lo que sea que tenía.

Reiniciando mi Libertad en Otro Mundo (PAUSADA TEMPORALMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora