El chico estáticamente quedó sorprendido, su mandíbula tembló ligeramente y sus mejillas se tornaron de color carmesí intenso.
Había caído en la trampa.
Una dulce trampa dirigida por esa chica que le causaba mil emociones.
—Me debes dos deseos...— sonrió Anya.
—...
Apretó un poco sus labios, quería alejarse de ella, pero al parecer eso sería una misión imposible...
Cuatro días antes
La había expulsado completamente de su habitación, con decisión quiso volver a entrar, sin embargo, el llamado de Emile detuvo su actuar.
Ese par había regresado.
—¿Por qué ahora? — murmuró.
Estuvo casi dormida una hora y ellos dos no habían aparecido, ¿por qué regresaban ahora que quería hablar con Damian?
Cruzo un par de palabras con los chicos, nada importante, y, después se fue a la parada de bus para irse a su casa y pensar seriamente qué hacer.
Había lastimado a Damian y entendía si él la odiaba, pero... ahora no quería dejarlo ir, al menos no de esa manera.
Su pecho se estrujó al recordarlo, al recordar como lágrimas caían por sus mejillas. Ella era la culpable de hacerlo sentir tan mal o miserable.
Deseaba hablar bien con él, al menos quería dejar en claro que tomaba responsabilidad de sus actos y que estaba consciente de que actuó mal y que, él de verdad la había ayudado a entender...
Su corazón se sentía nervioso, nuevamente... sentía unas ligeras ganas de llorar.
Quería decirle... que había entendido lo que era estar enamorada junto a él.
Quería decirle que, estaba segura que si hubiera sido otra persona, ella no sentiría lo mismo que siente con él.
Quería abrazarlo en su cumpleaños...
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➻ 𝐀𝐧𝐲𝐚 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫
Romantik| 𝙴𝚜 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚜𝚒 𝚎𝚜𝚝𝚞𝚟𝚒𝚎𝚛𝚊 𝚎𝚗𝚊𝚖𝚘𝚛𝚊𝚍𝚘. | Le dio curiosidad aquel pensamiento, y quería entender que era estar enamorado, por desgracia era muy despistada como para entender lo fácil de un enamoramiento. -¡Necesito tu ayuda, segu...