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Zhao Ying se sentía triste, habia tenido que huir dejando atrás a su amigo, mejor amigo, amado amigo... amado... mejor no pensar en eso. Peor aún, ahora lo considerarían un cultivador demoniaco. No sabía cómo volver a contactar con su maestra y madre. No habia averiguado nada sobre su alma gemela o sea que su situación no habia cambiado más que para mal. Debería huir y esconderse de los demás cultivadores, por suerte tenía dinero..."

Tanteó donde supuestamente estaba la bolsa de dinero... y no estaba.

"..."

Eso empeoraba significativamente las cosas. Ya no podría volver por ella de todas formas.

Sobrevoló Caiyi, pero si no tenía dinero de nada le servía, así que siguió más allá hasta el bosque y descendió para pensar que hacer.

Podría fabricar talismanes y venderlos, pero no tenía con que hacerlos. Revisó que realmente habia logrado llevar con él y apenas una muda completa aparte de la que tenía puesta. Nada para comer y tenía hambre. Para peor, aún estaba bastante dolorido y su núcleo gastaba energía en curarlo más eficientemente. Si conseguía algún lugar donde se requirieran servicios de un cultivador tal vez podrían pagarle. Así que camino por la campiña esperando encontrar una casa endemoniada o algo así.

Sin embargo, estaban en el territorio de la secta Gusu Lan y ellos eran muy eficientes en su trabajo. Todos los posibles clientes ya habían sido satisfechos.

Pero no es como que fuera un inútil. Buscó el curso de un rio, la misma vegetación le indicaba, el propio camino también. Cuando encontró el rio busco peces, no eran muy grandes, pero eran mejor que nada. Pescó cinco con facilidad y preparó un fuego para asarlos.

Mientras los asaba rebuscó en sus bolsas Qiankun, habia traído su arco y flechas y un cuchillo también, por suerte. Habia olvidado sus talismanes, pero sabía hacer talismanes de sangre, más poderosos y peligrosos, pero no comerciables. Al menos no habia olvidado lo más importante. Pero ahora el problema más grande.

Se supone que debía encontrar a su alma gemela, su maestra lo habia llevado a Gusu para ayudarlo en esta tarea, pero ahora no podría volver. Ni siquiera tenía una pista. Al menos habia ayudado a su amigo, amigo al que no volvería a ver jamás seguramente.

Su corazón se entristeció. Solo habia logrado hacer este amigo y ya lo habia perdido tan pronto. ¿Cómo lograría averiguar quien fue él en otra vida, y como lograría dormir solo en el bosque con las pesadillas?

La noche llegó demasiado rápido, su estómago estaba lleno, pero en la oscuridad, los sonidos de lechuzas, murciélagos y comadrejas se mezclaban con un coro de otros sonidos, grillos y otros insectos. Aun le dolían algunos golpes, pero igual se subió a un árbol donde se sentía más seguro. En el suelo habia insectos y animales venenosos, incluso si estaba apartado de la ciudad podría haber tigres, no eran raros en esa zona.

Se acomodó en una rama con la espalda contra el tronco y trató de dormitar. No pudo.

Entre hacer equilibrio para no caerse, la vida nocturna del bosque y sus ruidos, sus pesadillas asechando con aparecer, no pegó un ojo hasta que no salió el sol. Como no tenía ni una pista para investigar su propio caso decidió que debería extraer las pistas de las propias pesadillas, esa era la peor idea, pero era la que habia, y luego, le encantaría averiguar más sobre su amigo, quien habia sido. Ya sabía que habia sido un famoso cultivador que habia muerto de tristeza. Una historia fascinante.

Bajó del árbol y volvió a encender el fuego para cocinar más pescado. A lo lejos se veían algunas montañas, tal vez pudiera encontrar una cueva donde estar más seguro. Después de pescar y comer se dirigió al lugar esperando encontrar un lugar más cómodo. Por desgracia las montañas estaban apartadas del rio así que conseguir comida seria otra cuestión. Mientras buscaba una cueva en la base de la montaña logró cazar un faisán, su próxima comida. Después de horas de buscar, encontró una entrada no muy grande, era suficiente para taparlo de las inclemencias del tiempo y para lograr hacer una fogata protegida de la lluvia. Limpio el faisán y lo asó.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora