𝑺𝑬 𝑴𝑰𝑨 ✫𝔱𝔬𝔪 𝔯𝔦𝔡𝔡𝔩𝔢✫

17

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Recuerdo despertarme al día siguiente por los gritos de Draco y los demás chicos.

Ya quedaba poco para terminar el curso, y la verdad, no sé si prefería ir a casa o quedarme en Hogwarts.

Corrí a la sala común y todos pasaron sus intranquilas miradas hacia a mí.

—¿Qué pasa?

—¡Están en Azkaban, Dayana! ¡En Azkaban! —gritaron.

—¿De qué demonios habláis?

—¡De nuestros padres! —dijo Theo.

—¿Có-cómo que están en Azkaban?

—Parece que el ministro de Magia ha visto al que no debe ser normbrado y a algunos mortífagos —informó Pansy.

Voldemort.

Aquel nombre me era muy familiar. Lo había escuchado antes. Y rápidamente lo recordé cuando vi a Tom y Mattheo conversar silenciosamente en un rincón.

—¿Han arrestado a Voldemort? —pregunté.

—¡No digas su nombre! —gritó uno.

—¿Pero lo han hecho o no?

—No. He escuchado que Potter ha estado apunto de matar a Bellatrix —informó otro.

Corrí a mi habitación, me vestí y fui camino al despacho del director.

Rezaba para no encontrarme con Umbridge, y gracias a Dios, no lo hice.

—Señorita Malfoy, ¿a qué se debe esta visita? —preguntó Dumbledore.

El ministro me miró de arriba a abajo.

—Quiero hablar con Harry Potter —dije mirando al nombrado.

—Claro —asintió Dumbledore mirando a Harry.

El joven salió del despacho con la cabeza gacha.

Lo miré por un par de segundos hasta que hablé:

—¿Cómo? —Harry frunció el ceño—. ¿Cómo los encontraste?

—Estaban en el ministerio de magia.

—¿Por qué no mataste a Voldemort, Harry?

El chico me miró incrédulo.

—Y-yo no...

—Está bien. Hiciste lo que pudiste.

—Pensé que te enfadarías.

—¿Por qué?

—Porque tu padre es mortífago y está preso —explicó.

—Yo no soy como Draco.

Así es como se di por terminada la conversación, pero Harry me agarró de la muñeca.