Fue en los 70's (Goyuu)

Playa

No es que fuera un mojigato amante del estudio, tampoco un rebelde sin causa como la mayoría de personas lo eran aquí, pero el que Sukuna y Choso, mis hermanos, me hubiesen arrastrado después de clases a una fiesta en la playa, sin el permiso de nuestros padres, me hacía sentir más como un futuro delincuente en potencia que un estudiante de medicina ejemplar y con honores a punto de finalizar su tercer año.

¿Sentirme fuera de lugar?, evidentemente y por mucho. Era el único idiota portando una bata blanca en lugar de un revelador traje de baño, por lo que, a este paso, no tardaría mucho en mancharme con la quisquillosa arena que se pega en todo tu cuerpo como si de una milanesa empanizada se tratase y, al menos a mí, no me agrada sentirme de esa manera. Y si contamos que se empezaba a colar en mis pulcros zapatos la historia tomaba otro rumbo, uno donde me encontraba disgustado.

-¿En qué tanto piensas, idiota?- Sukuna no era el hermano más amoroso,  pero es buena persona.

-Sukuna, mamá nos va a regañar si se entera que estamos aquí. Aparte son las nueve con cinco; ya es tarde.

-Preferiré ignorar ese comentario- Choso, el que pensé era la voz de la razón se negaba a llevarme a casa.

-Yo fingiré no haberlo escuchado- Ahora se unía el que se supone es mi mejor amigo; Megumi, el cual al estudiar cómodamente finanzas en Harvard  y en un futuro no tan lejano heredar la compañía familiar no tenía de que preocuparse. Oh, casi lo olvido, como también es mi cuñado, el idiota de Sukuna tiene suerte y prefiere no inmutarse mucho por la escuela y solo "vivir la vida".

-Chicos, mañana tengo examen de anatomía, no debería estar aquí. Debo estudiar, saben que de-

-¿Por qué no vas a estudiar anatomía con alguien lindo o linda en la fiesta?, mira esa chica de allá, la del cabello verde con la cola de caballo. Opss, olvídalo, se acaba de besar con esa morocha, te la ganaron.

Vamos, no es que estudiar medicina fuera a consumir su alma completamente... Bueno, tal vez solo un poco. Pero es que, al pasar la mitad de su adolescencia estudiando para obtener el mejor puntaje para su examen de ingreso a la universidad lo había dejado algo ocupado y sin tiempo para sociabilizar, al igual que, si tomamos en cuenta que es el número uno en su salón y en general de toda la carrera de medicina dentro de su área, la gran carga sobre sus bronceados y algo morenos hombros no hacía más que mantenerlo en una constante preocupación que implicaba mucha autoexigencia y control. 

-Mira, Yuji, te conseguiremos un traje de baño y te relajarás, hombre. Divertirte un segundo no te hará mal, tampoco salir un rato de la biblioteca a la que llamas habitación- Sukuna tenía un buen punto, uno válido. No recordaba la última vez que salí simplemente a pasar el rato con amigos, es más, caía en cuenta que mis únicos amigos eran mis hermanos y Megumi. 

A mis 20 años, casi 21, nunca había puesto si quiera un pie en una fiesta, mucho menos hablar de haberme acostado con alguien. Si no fuera por aquel beso accidental que tuve con Fushiguro, al este confundirme con Sukuna antes de que el mencionado se tatuara hasta el c*lo, mis labios serían tan vírgenes como mi sagrado trasero. Porque sí, si de algo me encontraba seguro, era de que tras una breve indagación a mi persona y una rara anécdota, descubrí que era un muerdealmohadas más, o así es como despectivamente le dicen a las personas con diferentes preferencias. Algo muy mal visto actualmente, a excepción de ese grupo raro de hippies que por algún motivo no son del todo de mi agrado.

¿Qué si alguien sabía de mis preferencias?, solo el trío del mal que ahora se encontraba bebiendo hasta el agua de ese misterioso océano, pero, evidentemente mis padres no; primero me enviaban a esas estúpidas terapias de conversión antes de que su hijo fuera un rarito más. Ahora bien, ¿Cómo es que Sukuna y Megumi son pareja?, fácil, mi hermano finge salir con la hermana de Fushiguro... Ella tampoco es muy hetero que digamos, por lo que es un buen trato, aunque esa es otra larga historia...