The Other Woman

El inicio del final

——Tienes que entender Izuku, tu eres la otra persona——Dijo Shoto con una cara seria y decepcionada, mientras todos miraban la escena con miradas juzgadoras. Nadie se podía creer que Izuku fuera una de esas personas qué rompían relaciones.

——No, tú te comprometiste conmigo!! Ella es la otra persona!! ——Deku no podía creer lo que estaba pasando, todo era tan confuso. Cómo podía haber sido tan ciego. Quería llorar, quería saber el porque de todo esto ¿Acaso el y su hija no eran suficiente para Shoto? Pero no se atrevió a preguntar.

Izuku solo bajó su cabeza, no soportaba ver a la chica sujetada fuertemente del brazo de Shoto, no ganaría nada con eso. Así que con gran pesar se levantó de su silla recogió sus cosas y llamó a un celular conocido. ——¿A donde vas?——la pregunta hizo que Midoriya lo odiara más, quien solo se limitó a ver a Shoto con una mirada de dolor y se fue.

——Regresará?—— pregunto Yaoyorozu con timidez fingida, el negó.

——Alo, quien habla?—— Izuku aguantó el llanto ——Soy yo, Uraraka—— Ella supo de inmediato que algo andaba mal —— Que pasa?—— Izuku no podía sentirse peor ——Um fuimos a comer a un restaurante y ahí me presento a su amante,nada importante —— Solo se oyó un suspiro ——Trae a Oyuki y tus maletas, hoy te quedas en mi casa —— Deku agradeció que su pareja de joven lo acogiera en su casa después de todo lo qué pasó.

Llegó a su casa donde su hija se encontraba con la niñera ——Llega temprano Señor—— Izuku solo se limitó a darle la paga, la señora lo miro con preocupación ——Oh, no te preocupes, por cierto ya no vengas por favor, gracias.—— La niñera no pregunto y simplemente se fue. La niña al ver a su papá corrió hacia el —Papi como te fue con Papá, te dijo porque esta serio? —— Izuku solamente sonrió —— Mira Oyuki, tu padre y yo nos daremos un tiempo e iremos a vivir con tía Uraraka, te parece? —— la niña saltó de emoción. Izuku se alivió un poco, subió al segundo nivel para recoger sus mochilas ya preparadas, cortesía de Yaoyorozu. Pero prefirió guardar su dolor. Jalo las mochilas y agarro su paraguas, junto a su hija, miro hacia atrás una última vez y salió de la casa.