Luego de un imprevisto, Aria es encontrada por Bell Cranel, quien hará lo posible para ayudarla. Sin embargo, en medio del incidente, Riveria tiene sentimientos por Bell, quien desea dejarlos de lado por Aiz, pero eso, será difícil con ya un primer...
-¡¡Ruarru......!!- Se escuchó un fuerte rugido, capaz de hacer temblar gran parte del continente.
Estaba escapando de aquella bestia que me arrebató todo. Mi esposo, mi hija, mi vida...
Mientras corría a través de unas cuevas, intentaba escapar lo más rápido que pude del Dragón. Aquel, que mi marido logró cortarle un ojo.
Desde ahí, el dragón, a través de un cantico, dentro de su alma. Estaba encerrada en una parte cerca de la misma, la cual con el tiempo empezaba a absorber cada vez más mi poder, pero, hice una cosa...
Ayer, mientras estaba durmiendo, podía sentirlo, comencé a armar el cantico más poderoso que pude, a través de una escritura. Pasé todo el tiempo intentado de hacer este cantico, de crearlo, formularlo. Millones de errores eh tenido, pero llegó el día.
Cuando lo escribí con mi sangre en el suelo, rápidamente el dragón se despertó de su letargo sueño, y empezó a vomitar una especie de fluido extraño. Había envenenado parte de su alma, pero al mismo tiempo, la misma comenzaba a curarse un ritmo elevado. Estaban igualados el veneno y la cura, pero no podía seguir así.
Luego de recitar un cantico más, el dragón optó por la idea de liberarme, y cuando pude, comencé a correr por las cuevas...
Actualidad...
-Ahghg...- muchas criaturas resonaban en el lugar. Estaba todo oscuro, pero de pronto, una llamarada fuerte, empezó a iluminar todo, explotando la cueva...
-Boooooom...-
Miles de escombros por todos lados. Yo sola me quedé enterrado por cientos de ellos, pero a través de una ranura, vi como el dragón miraba hacia todos lados en busca de mi presencia, pero nada...
Luego de unos aleteos, solo se fue colando.
Ahora, mientras pasaban los días, comencé a retomar el poder que tenía. Reponía todas mis energías que habían sido absorbidas por el dragón. Aunque para él no era mucho, para mi si...
Aprovechando que ya podía caminar algo, comienzo a caminar a la deriva...
Habían pasado días, semanas, pero al mes, pude ver una gran torre que sobrepasaba los cielos. Y debajo de ella, una ciudad...
Cuando presto más atención, un carruaje podía observar, siendo llevado por un joven de tez blanca, junto a una anciana.
Cuando iba llar su atención, mi voz no salió...
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De pronto, caí al piso, escupiendo sangre. Me encontraba debilitada, y lo último que vi, antes de desmayarme, fue la espalda del joven volteando hacia mí. Habrá sentido mi mirada...
