CAPÍTULO 5/ lemón.

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P.O.V Riveria

Cuando me dirigía hacia el piso 18, tuve que esquivar al Goliat, así nadie pensaría que he pasado por aquí. No tenía que dejar algún rastro sobre mi camino.

Luego, solo tuve que ir al bosque, adentrándome hasta las profundidades del mismo. No tenía que ser vista por nadie. Quería quedarme aquí con...

-Ah...-

[Suspiro]

Mi lindo conejito...

Lo tenía a él en mis brazos, mientras se encontraba desmayado. Sus ojos estaban cerrados, pero, aun así, el mismo lloraba. La cantidad de traumas sufrido en un tan corto lapso de tiempo, le ha jugado en contra. Y por mas bondad y fortaleza que tenga en su interior, le es difícil.

Cuando en mi vista se presentó una cabaña, era momento justo para ganar esta batalla.

-Hueek...-

[Rechinar de una puerta]

Poco a poco, fui introduciendo a la cabaña, y luego, recosté a Bell en la cama despacio.

Luego, de una mochila que traía conmigo, saqué unas cadenas resistentes, ya que una soga, sería demasiado débil para retenerlo. Entonces, desde cada una de las esquinas de la cama, lo fui atando, quedando en forma de estrella, y esperando al momento que se despertara.

Yo, solo me fui al baño, me saqué mi traje, y con un balde con agua caliente, fui empapando todo mi cuerpo, limpiándome cada sección, para estar lo más presentable que pueda. Quería darle el lujo más grande de la vida...

El pelo, me lo lavé con un gran champú, el cual tiene varias propiedades y aromatizantes que realzan mi belleza.

Cando pienso en Bell... cada vez se me aceleraba más y más el corazón, y me ruborizaba de nada. No entendía como iba a ser capaz de hacer lo siguiente, pero...ya había esperado mucho tiempo a lo largo de mi vida. Y también, ya lo había raptado, así que no hay vuelta atrás. Es justo el mejor momento.

Mirando a través de la ventana la luz del sol incidir por la misma, me doy cuenta que ya era hora de que despertara. Así que, me puse solo una lancería negra, y mi traje nuevamente, para ir desvistiéndome de apoco cuando me presente...

- ¿Hay alguien...Hola? - se escuchó desde la habitación, junto al sonido de forcejeo, pero, al parecer se dio cuenta de que era inútil.

Poco a poco, fui caminando hasta la puerta, haciendo resonar mis pasos, hasta que abrí y su vista era de asombro.

- ¿Qué?, ¿señorita Riveria? - preguntó el.

-Por favor, desátame de aquí- dijo el, pero, no pensó que fuera yo quien lo ha atado.

-No...- le dije.

-Qué? - se impactó una vez más.

Con un movimiento, me subí a la cama, y fui de apoco desplazándome de forma provocativa hacia él, quedando encima del mismo, a solo escasos centímetros de su cara...

Su rubor, era solo comparable con el mío, pero, estaba un poco apagado la luz de sus ojos.

-Escúchame Bell. Yo...te a-mo- dije un poco entrecortada.

El calor de mis palabras ruborizó hasta las puntas de mis orejas, y fui bastante tímida con solo decir eso.

-Ya sueltamente Riveria... sé que solo está jugando con...- antes de dejarlo terminar, lo besé.

La dulzura de sus labios, es parecida a la miel.

Lo carnoso de los mismos, daba una sensación inconmensurable. Era como la carne más tierna que nunca pude haber comido. Una sola sensación, que jamás podría olvidar...

DANMACHI/ Bell X Riveria X AriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora