𝙘𝙤𝙣𝙩𝙞𝙜𝙤 𝙚𝙣 𝙡𝙤𝙨 80'𝙨 | sᴜɴɢsᴜɴ

𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 O6

Ambos chicos se encontraban en tan solo ropa interior con dos notorias erecciones, los dos estaban nerviosos porque a pesar de que estaban ebrios, uno estaba consciente de que sería la primera vez del castaño y el otro no sabía cómo proseguir después de aquellos besos y caricias.

Sunghoon arto de la situación incómoda y de tener el cuerpo de su menor casi desnudo encima suyo y no hacer nada, lo agarró por la cintura y con un movimiento rápido lo puso bajo suyo.

-¿Te tengo que preparar verdad? -dijo el castaño ocasionando que el otro sintiera un leve escalofrío por la voz grave de este.

El rubio asintió, pues a pesar de haber estado haciéndolo hace rato, el bruto ese se lo había metido sin siquiera avisarle.

Sunghoon por su parte sintiéndose completamente nervioso por dentro, le enseño tres de sus dedos al menor.

-Lame... - habló mostrando una inexistente seguridad

Sunoo obedeció y empezó a lamer aquellos dedos cuando sintió como fue despojado de su ropa interior. El castaño se enrojeció al ver a su compañero de habitación desnudo por completo y sin pensarlo, con su mano libre le empezó a acariciar la punta del miembro al menor, haciendolo temblar levemente.

Este mismo se sentía tan vulnerable, nunca se había sentido así, ni con su primera vez pero ahora tenía este sentimiento por culpa del supuestamente virgen, y decía "supuesto" porque parecía saber muy bien lo que hacía.

Sunghoon quitó sus dedos de la boca del rubio y con una leve sonrisa introdujo uno de ellos en el menor ocasionando que este suelte un alto gemido, pues no se lo esperaba.

Estuvo así un rato pero cuando sintió que el menor necesitaba más le metió de una el segundo dedo simulando unas tijeras.

Sunoo soltaba suspiros y gemidos, hace tiempo no se sentía así y le parecía raro que un chico sin experiencia le otorgará tal sensación.

Sunghoon metió el tercer dedo y esta vez empezó a simular unas pequeñas embestidas haciendo que el otro soltara gemidos más altos, mismos que calló tapándose la boca con sus manos.

-Oye... Quiero escucharte...-dijo dejando de mover sus dedos.

Sunoo al sentir esa falta de movimiento dentro suyo, lo supo, lo quería dentro.

-Sunghoon... Metelo ya... -dijo aquel chico sonando algo desesperado.

Al mencionado le entró un poco pánico otra vez y sacó sus dedos del interior del otro.

-Se-seguro?...-preguntó viéndolo algo nervioso.

-Ah! Diablos si!..

Sunghoon tomando aire se quitó su ropa interior y se acomodó para poder ingresar en el otro.

-S-si soy brusco... dime -dijo demostrando los nervios que cargaba pero esto no le importaba al rubio, él solo lo quería dentro.

-Solo metel-... -fue interrumpido por el ingreso del miembro del mayor y en su lugar soltó un sonoro gemido.

La sensación era increíble para ambos, mientras que uno se sentía completo, el otro se sentía en el paraíso; Sunghoon no tardo empezar a moverse
haciéndolo cada vez más rápido.

Esa habitación se llenó de puros jadeos, gemidos y suspiros de parte de ambos siendo el menor quien era el más ruidoso de los dos, incluso uno de los pocos chicos que se había quedado también en la residencia fue y les tocó la puerta molesto.

-Sunoo deja de ser tan ruidoso!!!... No estabas cogiendo hace rato!!! -dijo enojado aquel chico que tan solo quería dormir pues ya era tarde.

Sunghoon al escucharlo recordó al tipo que hace rato había estado haciéndolo con su compañero de habitación, y le entró unos celos que hizo que incrementara la intensidad con la que lo hacía, llegando a ser algo brusco.

Sunoo al sentirlo hacerlo de esa forma, elevó sus gemidos que hace unos segundos intentaba callar para no molestar a su vecino de habitación.

-Su-Sungh-.. Ah~... Su-Sung.. Aah~! -quería decirle que bajara la intensidad a pesar de estar disfrutándolo, pero no podía siquiera decir el nombre del mayor.

Este sabía lo que el otro quería decir pero no le importó, por alguna razón en ese momento le enojaba demasiado ese recuerdo haciendo así que no se pudiese detener.

Por otro lado el vecino se dió cuenta que los sonidos no pararían y decidió mejor irse a la
habitación de algún amigo.

El castaño empezó a besar y hacerle chupetones en el cuello del otro, dejando una que otra marca mientras que Sunoo no dejaba de gemir el nombre del otro, aunque nunca lograba terminar de decirlo.

Sunghoon había encontrado aquel punto dulce del menor y había estado dándole ahí con unas fuertes estocadas desde hace unos minutos mientras que el otro parecía enloquecer en cualquier momento.

-Su-Sung-... Ah~!... y-yo.. -intentaba decirle que sentía que se vendría pero como lo diría si nisiquiera podía decir su nombre, de verdad el otro lo estaba haciendo demasiado brusco aunque se sentía bien... Definitivamente esta era la mejor cogida que había tenido en su vida

A pesar de eso el mayor supo lo que quería decir por una sencilla razón... él también estaba cerca de acabar; lo único que hizo fue darle un beso al rubio haciendo que ahogará todos los sonidos de placer que soltaba.

En medio de aquel beso desesperado, Sunghoon sintió que debía ayudar a su menor y lo empezó a masturbar haciendo que el otro, que había rodeado el cuello del castaño hace unos segundos, se separará del beso y soltara un alto gemido.

-S-Sung~... Aah~!..-sentía que enloqueceria en cualquier momento y eso estaba bien, pero ya no
pudo aguantar y se vino en la mano del mayor manchando su propio pecho

El mayor que tampoco estaba lejos de acabar, al cabo de unos dos minutos también se vino solo que a su diferencia, él lo hizo dentro de aquel muchacho que no dejaba de tener espasmos y de gemir su nombre.

Sunghoon solo alcanzó a darle un pequeño beso al salir de él, y seguido se recostó al lado de este mismo.

-N-no que eras vi-virgen?... -preguntó entre tartamudeos mientras veía a su mayor.

-Lo era... -contestó algo agitado mientras también lo veía.

-Entonces... Porque l-lo haces tan b-bien? -soltó con una sonrisa, sus ojos se empezaban a cerrar.

-Suerte de principiante? -bromeó el otro atrayendo el cuerpo del bajito hacia él, pues quería sentir su calor.

Sunoo ya no dijo nada, solo soltó una pequeña risita y abrazó al otro chico que después de cubrirlos a ambos con aquella sábana que se había caído hace un rato, correspondió el acto; los dos al cabo de los segundos se quedaron dormidos... Mañana ya se preocuparían y hablarían de lo que pasó esa noche...