Capítulo 02

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Hinata llego hasta su casa se dio cuenta que hacía unas cartas, las agarro y abrió la puerta.

¡Papá! -dijo Hinata.

Estoy en el taller, Hinata -grito Hiashi, y Hinata fue hasta el sótano donde su padre tenía su taller.

Hinata se acercó a su padre dándole un beso en la mejilla el cual estaba pintando.

Llego carta de Hanabi, al parecer le está lleno bien sus clases de ballet en Italia -dijo ella sentándose- Pregunta cuando iremos a visitarla

Me da mucho gusto que te hermana se esté abriendo paso en su carrera de bailarina -dijo Hiashi- Creo que pronto, tengo un nuevo negocio que ver en París si todo sale bien, viajaremos lo más pronto posible

Eso me emociona mucho -dijo Hinata abrazando a su padre- Esta hermoso la pintura papa, el paisaje del bosque pareciera que esta ahí mismo

Lo crees, siento que le falta algo -dijo Hiashi poniéndose dejando su pincel en su taburete- Y dime, ¿Te divertiste en el pueblo hoy?

Traje un libro nuevo -dijo Hinata acomodaba algunas pinturas rejadas- Papá... ¿Crees que soy... extraña? -dijo con tristeza.

¿Mi hija extraña? -dijo Hiashi limpiando sus manos con un trapo- ¿Pero de dónde sacaste esa idea?

No sé, es que nunca me he sentido feliz aquí, no hay nadie con quien charlar desde que se fue Hanabi -dijo Hinata triste mientras apretaba el libro hasta su pecho.

¿Y qué me dices de Toneri, es un joven apuesto? -dijo Hiashi volteando a ver a su hija.

Es apuesto cierto, rudo, engreído y no es para mí, papa -dijo mientras se sentaba y se ponía su mano en el mentón.

Bueno no te preocupes -dijo Hiashi calmado- Porque este negocio será un nuevo inicio para los tres, te lo juro -se acercaba a Hinata- Creo que antes de iré, te gustaría que te cocinara tu comida favorita

¡Claro! -dijo Hinata emocionaba.

Entonces, vamos -dijo Hiashi levantándose junto con Hinata para ir a la cocina.

Después que preparan la comida y comer junto, Hiashi preparo su caballo, se subió y comenzó a alejarse de su casa mientras que Hinata se despedía de él.

Adiós Papá, suerte -dijo Hinata emocionada con su mano moviéndola de un lado a otro.

Adiós Hinata, cuídate mientras regreso -decía mientras se iba por el camino feliz hasta Paris.

La Bella y El ZorroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora