Prólogo

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09:05 am

Actualidad

FBI; WASHINGTON FIELD OFFICE

Washington D.C



Sus tenis eran guay, tenían esta franja negra al rededor que contrastaba muy bien con el color amarillo chillón. Por eso cuando los vio en el aparador no dudó en comprarlos. No entendía porqué a Maia no le gustaban.

Tampoco entendía por qué tenía que ser él el que viajara a Los Santos para tratar de resolver un caso que estaba conmocionando a toda la ciudad.

- Y si no lo haces, Horacio, no solo conmocionará Los Santos, sino a todo el país, y no queremos eso.

Maia tenía la mirada fija hacia la enorme ventana que daba al exterior. Tampoco es que pudiera ver mucho en el piso dieciséis. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho y su voz extremadamente chillona le dijo a Horacio que no era un juego. Maia de verdad quería que fuera a Los Santos.

- Me llevaré a los míos, así trabajo a gusto.

Maia se dio la media vuelta, asintiendo. Se pasó las manos sobre su pulcro blazer blanco, enderezó la postura y caminó hacia la salida, deteniéndose en la puerta.

-Has lo que creas conveniente, hermano, solo cuídate y cuida de los que vayan contigo.

Dicho eso, la rubia salió de la oficina con Otis detrás, quien se despidió con un "llámanos" y se perdió en la esquina.

Cuando Horacio se despertó esta mañana no pensó que probablemente las calles estarían bloqueadas debido a la horda de gente que había decidido salir a manifestarse, ni que la lluvia comenzaría a caer desde temprano.

Miró por el espejo retrovisor de su aspark owl, la fila de coches que se formaba tras él le hizo pensar que el conductor de enfrente también la veía y así sucesivamente, dándose cuenta de que estaba atascado en una avenida principal sin posibilidad para maniobrar y salir por vías alternas.

Mal día para traer un deportivo.

Soltó un suspiro pesado, encendió la radio y comenzó a cambiar de estación hasta dar con su preferida;

"Muy buenos y lluviosos días tengan todos, espero que tengan un delicioso café calentito entre manos envueltos en su manta..."

Ojalá estar en cama, pensó Horacio, envuelto en su manta favorita mientras veía series durante todo el día.
Pensó que la lluvia era para quedarse en casa, enfundado en su chándal, con un suéter afelpado y calcetines, sorbiendo chocolate caliente y no para ir a trabajar.

El locutor siguió hablando hasta que por fin pasó a las canciones, entonces Horacio subió el volumen y decidió que si iba a pasar un buen rato atorado en el tráfico, por lo menos lo haría con buena música.

"Gracias amigo, saludotes para ti también y sin más, aquí les dejo la canción que nos pidió el buen anónimo"

Stayin Alive comenzó a sonar por los altavoces del deportivo, llegando hasta su cerebro para finalmente empezar a tararear partes de la canción, recargó la cabeza en el respaldo de su asiento, dando pequeños golpecitos con los dedos sobre el volante, dejándose llevar por la melodía.

El pitido del claxon del coche trasero lo sacó de su ensimismamiento y lo trajo de vuelta a la realidad; notó el amplio espacio frente a él, miró por su lado de la ventana y los coches avanzaban a paso normal, entonces su cerebro hizo clic y avanzó.

Cuando el monumento a Albert Einstein entró en su campo de visión supo que estaba cerca de la sede del FBI, condujo unos cuantos metros más y entró en el estacionamiento de la sede, apagó la radio, tomó su teléfono y salió del deportivo, lo demás es historia.

De hecho, cuando Horacio se despertó esta mañana, no pensó que Maia lo esperaba en la oficina con un nuevo caso y una orden de traslado indefinido a Los Santos.

Dos caminos [Volkacio +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora