01 ; El comienzo

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"- Mamá... - llamó el pequeño niño que caminaba a la par de su madre, recién terminaban las compras del súper para la semana. Como un niño mimado que era saboreó un rato más su paleta antes de volver a hablar - ¿Crees que alguien me ame aún siendo diferente a los demás? -"

"Su madre con el corazón en la boca dejó de caminar. Bajó las bolsas al suelo y se arrodilló estando a la misma altura que su hijo de apenas nueve años. - Felix, por supuesto que alguien te amará mi amor. Eres un niño amable, cariñoso y por sobre todo muy respetuoso, ser un doncel te hace alguien súper especial y único - deposito una beso en su frente y felix solo pudo sonreír y seguir a cortos pero rápidos pasos el ritmo de su madre"

"La amaba tanto..."

- Mamá... - Abrió sus ojos de golpe debido al timbre de su casa que llevaba sonando aproximadamente hace cinco minutos. Miró el reloj a su costado dándose cuenta de que llevaba diez minutos de retraso. Era hoy

Se levantó de la cama de mala gana y fue hasta la sala para abrir la puerta encontrándose con dos policías. - Buenos días, me dejan darme una ducha? Les invitaré café... - ambos policías se miraron con duda pero luego aceptaron, entraron al departamento y felix le sirvió el café prometido y luego se metió a bañar. No tardó mucho en la ducha solo lo necesario, se vistió simple y una vez que ya estaba listo regreso a la sala con los policías anunciando de que ya podían irse.
Antes de salir de casa le colocaron las esposas. Ya de camino en la patrullera miraba por la ventana la ciudad recordando momentos de su infancia y como todo se había ido a la mierda desde aquella noche. Si tan solo uniera girado en una esquina antes no estaría de camino a la cárcel.

Al llegar, guardaron todas sus pertenencias incluso su reloj. Una señora ya de edad le pidió que le acompañe a una sala diferente a donde se encontraba. - Quítate toda la ropa - pronunció. Felix con duda hizo caso y con una mano de trataba de cubrir su parte delantera. - Date la vuelta. -

Felix frunció el ceño y negó - ¿Por que debería de hacer eso? - Esperen, ¿acaso la señora pensaba que iba a meter algo por mi trasero?

- Tengo que asegurarme de que no metas nada a la cárcel. Date vuelta y apoya tus manos a la pared, ahora o llamaré a los guardias - soltó un suspiro rendido e hizo caso a él mandato de la señora. Seguido sintió un dedo entrar por su cavidad anal y fue la peor sensación que pudo sentir. Felix era virgen.

Ya cuando todo terminó le entregaron su le entregaron su conjuro de dos piezas, una camisa amarilla con un pantalón del mismo color junto a unas zapatillas blancas. "133" ese era su número.
Acompañado de un guardia ingresó a su pabellón, el pabellón A, escuchando todos los gritos y silbidos que le tiraban los demás prisioneros. Su celda estaba en el segundo piso y ya venía con compañero incluido

- Han Jisung, ha llegado tu compañero, Lee felix. - El primer nombrado dejó el cuaderno que estaba pintando y saltó de alegría al ver que tenía un nuevo compañero, ansioso detrás de la reja espero a que su compañero entrara a la celda para recibirlo con un abrazo

- ¡Por fin un buen compañero!, un gusto soy Han - se separó del abrazo y le quitó las sábanas de las manos a felix para poner sobre lo que sería su nueva cama. - En realidad eres muy hermoso... ¡Es bueno que mi compañero también sea un doncel! Así compartimos los mismos pensamientos sobre algunas cosas -

- Un gusto Han, soy felix... ¿como sabes que soy doncel? - Han se me hacía alguien tierno y por lo poco o casi nada que hablaron ya notaba que era un chico con personalidad fuerte y hiperactivo.

Imprévisible • 𝖢𝗁𝖺𝗇𝗅𝗂𝗑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora