SHY & SHY ||P.J & M.Y|| +18

♡ÚNICO♡

(Besos)

De lo único que soy capaz de escuchar es a mi corazón sonando frenéticamente cuando he dejado mis maletas en la entrada del departamento de mi pareja Min YoonGi.

No había tenido la oportunidad de verlo con mis ojos, sólo reconozco el sofá café caoba que sale en nuestras videollamadas. Y tal vez la habitación de YoonGi. Quiero decirle que me encanta la decoración que ha estado haciendo, pero me siento tan pequeño cuando lo veo sonreírme muy grande. Está feliz y eso a mí me hace feliz.

–¿Qué dices? ¿Te gusta? –asiento momentáneamente mientras nos adentramos hasta la sala–. Ya que vamos a vivir juntos, estaba pensando en que puedes agregar algo al lugar que te guste y yo no tendría ningún inconveniente. Eres libre de hacerlo.

Se rasca la oreja y sé que es un gesto de nerviosismo. Quisiera darle un beso en la mejilla para tranquilizarlo, pero me tiemblan las piernas al querer actuar.

–M-me encanta. Es muy bonito.

YoonGi sonríe casi con una mueca y me mira con ternura.

–Tú eres más bonito.

Me llevo ambas manos a mis mejillas para ocultar el desastre de color rojo que soy. A lo largo de los años junto a él, cuando me dice algún cumplido por instinto mi cara se llena de una tonalidad roja en mis mejillas, y cuando no quiere parar, todo ese rojo se va a toda mi cara. Me cuesta mucho trabajo el sonreirle o decirle algo igual de lindo, pero es como si los ratones me hubieran comido la lengua. Sólo soy capaz de mirar al suelo y asentir mínimamente.

–Vamos a llevar tus maletas a la habitación para que desempaques.

Sus manos pálidas toman la manija de la maleta y se retira. Tengo que seguirlo antes de que se pregunte si todo está bien. Sigo sus pasos mientras miro la escases de vida verde en el departamento. Tendré que comprar unas cuantas plantitas para que la estancia no se vea triste. Veo por el rabillo del ojo unas cuantas macetas con romero y albahaca colgando del barandal del balcón, ambas están a punto de morir sino actuo rápido para darles agua; me prometo que de ahora en adelante las cuidaré. Salgo de mi ensimismamiento cuando YoonGi se detiene frente a dos puertas. Lo miró atentamente y siento algo de preocupación de parte de mi pareja que no tarda en transmitirmelo a mí.

–¿Todo bien, Yoon? –de nuevo se rasca la oreja y me mira con seriedad.

–Quería hacerte una pregunta importante –deja la maleta y se acerca para tomarme las manos entre las suyas que son grandes y muy masculinas a comparación de las mías que son pequeñas y algo regordetas. Me siento estremecer cuando sus pulgares hacen masajes circulares y me obligo mentalmente a no ponerme con un jitomate–. Sé que hay temas los cuales no te hacen sentir bien y que has puesto tus condiciones que yo he respetado. Este sería un paso muy importante... y quería saber si querías compartir la habitación conmigo.

Enmudezco tanto que sin querer le aprieto un poco más las manos a YoonGi. Hay un silencio horrible el cual me obliga a dar mi veredicto, pero la sola idea de dormir en la misma cama con YoonGi me ha puesto los pelos de punta. No porque me asuste, es el hecho de sentirme con tanta vergüenza que las manos empiezan a picarme. Pero también entiendo que nuestra hermosa relación debe de seguir dando pasos importantes y no estancarnos con mis condiciones. Suspiro lentamente y lo miro directo a los ojos aunque me cueste una vida hacerlo.

–¿Hablas de dormir juntos? –hablo con cierto temor.

Él sonríe, pero su animo flaquea cuando le suelto las manos.

–Sí, es, es eso. Yo... Igual hay otra habitación disponible. Es esta –se planta delante de la puerta que tiene a la izquierda y la abre para que pueda ver su interior. Parece acogedora con esas mantas cálidas–. Esta es tu habitación.