Flores | Gumdog

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  El rubio, decidido, fue la mañana de clases a la floristería a comprar unas flores para el gato azul que tanto le gustaba.

   ¿Sería muy cliché? Bueno, había escuchado al perro hablar de algo sobre que regalar flores era tonto, pero unas flores en la entrada de la floristería inmediatamente le hicieron pensar en él.

   Unas hortensias azules, un bonito ramo bien arreglado de ellas ¿Cómo no iban a recordarle a él? Bonitas, pequeñas, azules, simplemente no podía dejar de pensar en él.
  
    Entró a la floristería y las compró, mirando las otras flores un segundo en los pequeños pasillos olorosos de esa floristería. Estaba ansioso, tal vez solo quería perder un poco el tiempo porque estaba muy nervioso de darle al felino las flores. En fin, cuando iba hacia la salida cerca de la caja tuvo que detenerse, ocultando su cuerpo tras un estante lleno de flores para mirar quien estaba comprando.

   Era Gumball, estaba comprando un hermoso ramo de rosas ¿Por qué? Bueno... Era San Valentín, supuso que era obvio.

   — ¡Um! Las rosas este mes han venido muy hermosas ¿Es para una chica muy especial, no es así? — escuchó a la cajera hablar con el gato mientras guardaba el dinero en la caja y sacaba en cambio.
  
   — Eh...— Sonrió ligeramente el gato, ruborizado y desviando la mirada — Si, algo así, me... Me gusta mucho. — Fue lo que dijo el felino, algo cortado, tal vez era algo difícil de decir para él.

   Luego de escuchar eso, el rubio alto que escuchaba todo desde atrás lo miró salir, observando el ramo de flores azules entre sus manos poco después.

   — Que tonto...— Murmuró Hot Dog.