Cassie y Mely

Esperanza

En la famosa ciudad de Nueva York

Una joven rubia estaba corriendo rápidamente con muchos planos a la mano.

- Demonios, me quedé dormida espero que no sea tarde- se decía la chica con mucha prisa de llegar a un instituto

Esta corrió por los pasillos para llegar a su salón pero al llegar notó que no había nadie, notó que el reloj marcaba la hora en que se supone que debía haber clases por lo que no entendía nada.

- ¿Qué haces acá niña?, ¿No supiste que el maestro del curso de robótica no vino?- le preguntó el conserje a la chica

- Yo. . . la verdad lo olvide- dijo la chica en shock

- A la próxima deja de pensar en tanta maquina, Melissa- le dijo el conserje a Melissa prácticamente echándola

Melissa solo tomó sus cosas y tranquilamente se fue de ahí, pensando que talvez debía descansar aunque sea una vez en su vida.

En otro lado

Se podía apreciar un enorme campo militar con varios reclutas entrenando físicamente para mantenerse en forma. Mientras en el gimnasio del mismo estaba una mujer rubia musculosa haciendo barras.

- Oye Cassie, ¿quieres venir con los demás a los bolos?- le preguntó un chico pelinegro con gafas a una chica en mejor condición que el

- No gracias Kan, tengo deberes mas grandes- dijo la chica rubia mientras hacía pull en las barras

- Si como digas, mis hermanos me dijeron que habría tarta de manzana, tu te lo pierdes- dijo Kan retirándose

Cathleen, o Cassie como le decían sus amigos, era alguien muy dedicada a sus profesiones. Tanto así que realmente no tenía mucho que hacer en su vida que fuera ejercitarse.

Se bajó de la barra, vio que ya estaba sola en el gimnasio, aveces sentía que su vida era muy solitaria y sin una razón real para seguir.

¿Sus padres?, Fallecieron hace años y no les hizo una promesa antes de dicho suceso.

¿Su hermana?, Tenía mucho sin hablarle si acaso en las cenas de navidad y a duras penas.

Era un motivo más fuerte que hasta a ella le costaba explicar.

Fue a los vestidores donde vio colgado un traje con los colores de la bandera de su país.

- ¿Por qué lo usó?- se preguntó así misma viendo el traje

De regreso con la joven rubia ella estaba caminando hasta llegar a una cafetería, ahí se sentó en una de las mesas donde dejó su mochila.