Te Amaré En Otro Universo (Wanda X Dr Strange)

Amor Por Telepatía

Pudo escuchar el sonido de la puerta cuando fue asegurada, sintiendo más confianza de envolver los brazos alrededor de la cintura femenina, esperando que solo estuviesen ellos para no ser nuevamente interrumpidos; no por disgustarle la presencia de América o alguien más, solo deseaba un momento con Wanda, un poco de intimidad con una mujer después de tanto tiempo de limitación. Solía poner en prioridad su trabajo, pero ahora solo era él, Stephen Strange, un hombre cayendo en el encanto de una mujer con tan solo unos besos y caricias tan sutiles. Los dedos pigmentados de Wanda recorrieron la piel de Strange desde la nuca hasta su pecho donde se topo con aquellas prendas que le impedían un contacto directo, algo que resolvió Stephen al usar magia para manipular la tela de su propio atuendo deseando más de ese cálido y suave contacto.
¿Cuando fue la última vez que alguien le acaricio? ¿Cuando fue la última vez que ella había tocado a alguien? No deseaban saberlo, simplemente se concentraron el uno en el otro, besándose con impaciencia a la vez en que las manos buscaban el más mínimo broche o amarre para deshacerse de este y encontrar lo que buscaban,ellos, su piel. Wanda fue la primera que pudo pasear las manos en el torso desnudo del hechicero, marcando cierta distancia para visualizarlo un instante antes de mirar nuevamente los ojos de él.
No hizo falta palabra alguna, Strange volvió a buscar esa conexión mental que antes entablaron y  ella le permitió al igual que ser guiada por él, llevándola fácilmente hasta acorralarle contra uno de los pilares de aquel salón; gracias de la magia escarlata que le recorrió, el traje fue más sensillo de quitar y a su vez, el paso de las manos de Strange se dejaron llevar por las curvas femeninas, un tacto que ella deseaba, esa sensación que era tan lejana nuevamente se despertaba con tal intensidad que atravez de la conexión mental Stephen la podía sentir, compartiendo mutuamente el extasis que se intensificaba.

—Stephen ~~ —Susurro el nombre cuando el hechicero recorrió su cuello con múltiples besos, lentos y húmedos por el paso de su lengua sobre su piel. La voz de Wanda cerca de su oído, dentro de su mente y ese dulce aroma que podía sentir tan cerca al besar parecía ser embriagador, una dulce trampa de la que no tenía escapatoria ¿Cómo podría escapar? El sólo tocarla y posar las manos en el pecho de ella, presionandolo en el leve masaje que le daba, en la sensación de la erizada piel, incluso de sus pezones reaccionando ante la amplitud de las manos y la frialdad del anillo de Strange, volvía aquello en una excitante locura; no podían , en realidad no querían detenerse.
Stephen la tomó por las piernas con tal firmeza que pudo cargarle, reclamando el lugar entre sus piernas, mismas que se enredaron en la cintura del mayor, entrando un una mutua fricción al moverse a la par aún cuando los pantalones de Strange se interponia, pero a pesar de aquel detalle, ella podía sentirle, podía sentir su entrepierna endurecida por la provocación; le complacía saber que realmente le gustaba al hechicero, volviendo ese frote y la espera una cruel pero placentera tortura.

𓋰Se mío ~~ —Esta vez fueron sus pensamientos los que expresaron aquella petición y claro que la iba a complacer. Solo desabrocho la última prenda, ni siquiera llegó al mismo estado de desnudez que ella, buscando su ereccion, que al liberar y alinearse con la intimidad femenina, se necesito solo un simple empuje para entrar en ella,arrancandole un gemido audible.
Aún tratándose de un simple acto íntimo, de arranque pasional por la manera en que ambos se movían y en la que él arremetida contra ella en el placentero vaivén, aún con las oleadas de placer físico, se sintieron complementados, conectados de inigualable manera, una que deseaban mantener con tanto ímpetu, ambos por primera vez se entregaban con alguien que les entendía, que abrazaba la oscuridad y la amaba mucho más allá que la luz de ambos. Los dos se estaban enamorando irremediablemente.

En ocasiones los besos se cortaron para dejar libre los gemidos de ambos, mirándose mutuamente pues incluso los gestos que hacían eran parte de ese juego, al igual que el pasos de las manos por las piernas de Wanda que dejaron marcados sus dedos en la clara piel  y uno que otro rasguño en la espalda de Strange cuando ella se aferraba a él, cada espasmo que hacían temblar sus piernas le hacían perder estabilidad, cómo no hacerlo si en cada ocasión en que él se empujaba dentro de sí detonaba múltiples oleadas de placer, sobre todo cuando sintió la mano de Stephen ir entre ambos buscando aquel punto sensible que estímulo con delicadeza al usar un par de dedos realizando un ágil movimiento circular, incluso con algo de gracia, en comparación con las embestidas pues eran un tanto más intensas, realizadas con fuerza, entrando en cierto frenesí, empujando cada vez más el orgasmo entre ambos hasta que llegó sin limitación alguna, solo dejaron que plenamente llegar. Si bien Stephen Strange siempre era cuidadoso en sus casuales encuentros, en esta ocasión se olvidó por completo cuando terminó dentro de ella y no fue rechazado, Wanda se aferro tan fuerte a él deseando que esa sensación que por primera vez experimentaba perdurará, el recorrer de aquella cálida esencia permaneciera dentro de sí. ¿Así se sentía? Vaya que se sentía bien, algo tan mínimo sin duda era grandioso, se reflejaba en la sonrisa que esbozaba. Era la primera vez que estaba con un hombre, uno real.

El respirar de ambos era igual de irregular, estaban cansados y a la vez con toda la energía, un centenar de emociones encontradas que alargaban el instante con las mutuas caricias juntamente con sus perdidos pensamientos que con la conexión parecía ser más intenso el encuentro, el orgasmo ...mejor aún.

—Es mejor que el té que preparas...~~~—Una pequeña risilla acompañada con la de él resonó en el lugar,acariciando las mejillas y la barba del hechicero que aún le cargaba.

—Sin duda eres mejor que un té... Si ~~~

—Esto jamás será un error... No de nuevo.

—Te lo prometo... Te prometo que jamás será si.

—Nunca ~~~