Hair -Xiaother-

1. Solo por esta vez

Un rubio de largo cabello trenzado iba caminando por los pasillos del colegio "Liyue", acompañado de una linda rubia, solo que esta tenía el cabello más corto, pero eso la hacia ver preciosa.

Aether y Lumine eran hermanos, la presencia de ambos era... Agradable, quizás demasiado.

El rubio visualizó una cabellera azabache con algunos mechones verdes.

-¡Xiao! -llamó alegremente Aether-

Xiao volteó hacia la dirección de la que provenía el llamado, formando una sonrisa ligeramente visible, para proceder a acercarse a su novio, con el cual llevaba casi un año saliendo, pero 3 años conociéndose.

-Te he extrañado, cariño -dijo el más bajo con un pequeño puchero adorable formándose en sus labios-

-Nos hemos visto ayer, ¿podrías dejar de estar pegado como un chicle? -respondió con simpleza el contrario-

Inmediatamente se sintió el ambiente pesado, aunque Lumine soltó una pequeña risita.

Y sí, a simple vista la situación se vería como una broma entre la pareja, pero Aether sabía que eso no era una broma, Xiao no era un bromista exactamente.

Aether forzó una débil sonrisa para que Lumine no viera su repentina caída de ánimo.

Quizás Aether se estaba tomando todo personal, quizás Xiao realmente intentaba bromear, pero se sentía tan mal. Xiao se alejaba de él, ponía excusas para apartarse de Aether. Al inicio Aether fue comprensivo, pues entendía que su novio no debía estar siempre con él, pero una cosa era darle espacio, y otra era tener que ser evitado completamente, se sentía rechazado, comenzaba a creer que Xiao se estaba cansando de él, ¿tan insoportable era? Quizás él era el problema por ser tan cariñoso.

El cariño se fue desvaneciendo, ¿cuándo pasó?

Al inicio de la relación, Xiao era alguien inseguro, pero tierno, daba pequeñas, pero constantes, muestras de cariño a Aether, como pequeños besos en el rostro, caricias de cabello y una que otra vez algún abrazo que duraba bastante por no ser tan constantes. Aunque de un momento a otro todo eso cambió, ya no había la más mínima nuestra de afecto, el azabache ahora mantenía una expresión aburrida cuando veía al rubio, ¿ya no lo amaba?

Aether tenía mucho miedo de preguntar... Otra vez.
Porque sí, él ya lo había hablado con Xiao, y fue lo peor (según él) que pudo haber hecho.

•Un par de meses antes•

Un pequeño rubio lloraba, las lágrimas no se detenían, estando frente a un muy neutro azabache con mechones verdes y ojos dorados.

-No entiendo todo el drama que le pones a esto, Ather -habló sin expresión alguna-

Aether lo miró con un gran dolor reflejado en sus ya hinchados ojos, ¿esto era un simple drama para la persona que amaba?

-Cari... Xiao. -se corrigió-

Xiao le dirigió una mirada tan fría.

-De verdad, si no quieres esta relación, estaré bien con eso, o si hay algún problema, podemos hablarlo -dijo como pudo, pues las sollozos eran contínuos-

-Aether, no es nada de eso, deja de ser tan ridículo, solo estoy cansado con exámenes, aunque claro, seguro no notaste mi cansancio por ese cabello tan... -respondió con una mueca de desagrado en el rostro- Solo déjalo así, me voy. -Finalizó la discusión mientras efectivamente, se iba sin mirar a su pareja que ahora quedaba atrás, sin importarle en lo más mínimo-

•Fin del recuerdo•

Las lágrimas amenazaban con salir con solo recordar aquello, así que rápidamente puso una excusa y se alejó de su novio y su hermana para ir a los sanitarios.
No le importaba perder la primera clase. Lloró, lloró desconsoladamente.

Puede que hayan pasado un par de minutos, pero Aether sintió que fueron horas, se sentía sofocante.

Un par de minutos después, algo hizo "click" en su cerebro.

¿Xiao ya no lo quería porque le desagradaba su cabello? ¿Se veía sucio? Debe ser bastante repugnante si Xiao comenzaba a tratarlo de esa forma.

Así que sin pensar en lo que se estaba metiendo, sacó unas tijeras de punta larga de su maletín y lo hizo.
Cortó su cabello, pero no todo, pues le gustaba conservar el cabello largo hasta la cintura en memoria a su padre, que hace un tiempo había fallecido. Sonrió satisfecho, tal vez a Xiao le guste, no podía esperar a enseñarle, guardó las tijeras nuevamente en su maletín y se dirigió a su aula correpondida. Había cortado tan solo las puntas. Esa era la única vez que lo haría

O eso creía él...