Capítulo único

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Como no podía ser otra, tenía que quedarme encerrada en el cuarto con Scott para ayudarle a pasar la luna llena, esta ya era la quinta vez. Así que esperaba que el muy odioso de Derek le hubiera enseñado antes, pero al parecer, la única persona productiva de esta manada era yo misma.

Así pues, ahí estaba yo con un Scott atado de pies y manos en la cama con manillas de plata para impedir su transformación e intentando leer un puñetero libro sentada en el suelo esperando a que volviera a salir el sol.

—Bro... No creo que esto sea necesario, sé controlarme, es mi quinta luna llena —hablaba Scott

—Seguro que sí Scotty, por eso has intentado matarme en cada luna llena, mira, esta vez quiero tranquilidad. Me he traído el libro, música a no ser porque un extraterrestre salga de tu barriga, no me molestes —respondí tajante y me dispuse a disfrutar de la lectura mientras la luna se alzaba en el cielo nocturno.

Las horas iban pasando y Scott estaba extrañamente tranquilo, hasta que el satélite llegó a su punto álgido de la noche.

—Stiles... Tio... Hace calor, abre la ventana —me resigne de la lectura y le hice caso, a fin de cuentas era Scott y no le puedes pedir peras al olmo...

Me levanté y abrí la ventana dejando que una brisa de aire entrar.

—Bro... Hueles muy bien, jamás me había parado a olerte, pero dios, que bien hueles —hablaba el lobo mientras husmeaba el aire.

—Esto... ¿Gracias, supongo? Vale... esto es raro, es nuevo. ¿Seguro que estás bien Scotty? — le pregunté preocupada.

—Sí, estoy genial. Aunque estoy empezando a notar mi cuerpo muy caliente... Dios... me arde el cuerpo... Aghh —se quejó el moreno.

—No sé que hacer Scott, esto no es normal, estoy acostumbrada a tus ataques psicóticos, no a que te estés quemando... —le contesté preocupada.

—Aghhh... busca algo, quítame la ropa, lo que sea, pero haz que paré, ¡quema! —gritó dolorido.

No sabía que hacer, no podía desatarlo por precaución, así que se me ocurrió buscar unas tijeras por toda la habitación, tras encontrarlas. Las usé para cortarle la camiseta y los pantalones, era su casa, tenía más ropa para cuando volviese en sí por la mañana.

Así que no me preocupé y corté con rapidez, le quité los trozos de ropa y coloque la palma en su frente para notar su temperatura, la cual parecía estar normal. Es más, Scott ya no se estaba quejando, así que supuse que lo habría hecho bien.

—Gracias Sally... —contestó Scott de repente, lo cual me sorprendió porque le estaba costando, él procesó de aceptar mi nuevo yo.

—De nada Scotty, bueno, se ha hecho algo tarde. Voy a estirar el saco y a descansar lo poco que pueda, cualquier cosa grita —le dije al tiempo que dejaba las tijeras en la mesilla y me disponía a colocar el saco de dormir en el suelo.

— ¿Vas a dormir en el suelo? —preguntó algo con un tono de voz molesto.

— Claro, como cada noche de luna Scott —respondí escueta

—Ni de coña, túmbate a mi lado, hay sitio suficiente como para dormir los dos.

—Scott... No voy a dormir a tu lado semi desnudo...

—¿Por qué no? Somos hermanos de otra madre, ni que no lo hubiéramos hecho cuando éramos críos

—Exacto Scott éramos críos, ahora somos adolescente y sería raro ¿no crees?

— Que va, además te lo he ofrecido yo ¿no? Vamos anda, túmbate un rato y si crees que es raro podrás volver a dormir en el frio y duro suelo de mi habitación.

La primera vez de ScottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora