La época de invierno llegó para los flamencos del valle, que habían construido una comunidad autosostenible años atrás. Aún así no era perfecta, las peleas por alimento eran frecuentes en épocas como esa y por la escasez de alimento muchas de las crías morían.
Los anteriores años eran más fáciles de manejar, la capa de hielo que cubría el amplio estanque del que se alimentaban, era suficientemente delgada para romperla y obtener el agua. Ahora no podía romperse, el frio causado por un efecto invernadero había sido destructivo para muchas especies, incluso para las mas alejadas de los polos, en el sur.
Para la solución del problema se convocó al pueblo junto a su líder para discutir el tema.
—Damas y caballeros, hoy nos reunimos para elegir a nuestro próximo héroe—.
Habló el alcalde.
—¡Pero señor!—.
Llamó la atención del alcalde.
—No hay modo de que alguien consiga comida en este desierto—.
La falta de esperanza sorprendió notablemente al alcalde cuando los demás asintieron a su comentario.
—Para eso estamos aquí, para elegir a uno de los candidatos a encontrar comida—
Llegaron entonces, los candidatos al frente del aglomerado.
—Les presento al candidato numero uno ¡Félix!—
Como alguien cercano al alcalde, Félix, sabia como aparentar a los demás flamencos
—Es un gusto estar aquí, mi dignísimo alcalde—
Dijo en un tono de egoísmo.
—El gusto es mío caballero, dígame ¿Que tiene para ofrecer?—
—Hay un lugar a unos días de aquí, donde la comida es abundante—
—¡Excelentes noticias!—
Peter, otro de los flamencos, hizo una mueca en su diferencia de ideas.
—Ah, Peter, tus ideas son importantes también—
—¿Por qué no podemos romper el hielo nosotros mismos?—
Preguntó Peter.
—No somos lo suficientemente fuertes—
Respondió Félix creando una discusión
—Entonces ¿Cómo podrás encontrar comida si no podemos romper el hielo?—
—No lo sé, pero tengo que intentarlo—
—¿Y si fracasas?—
La gente murmuró entre sí, preocupada por la situación. No querían que todos murieran, pero tampoco querían que sólo unos pocos sobrevivieran.
—Entonces todos moriremos de hambre—Era un único camino, todas las opciones llevarían inevitablemente a la muerte de varios individuos, por hostilidad del espacio y la presión del tiempo sobre aquellos que tenían ya un objetivo.
—¡Tranquilos! nadie va a morir de hambre—
—¡Entonces que sea Félix quien nos salve!—
Habló un hombre entre la multitud y los demás siguieron la idea.
—Muchachos, Peter es fuerte, es inteligente y no se dejará manipular, el buscará comida en el sitio que Félix propone ¡es una gran opción! Mientras tanto Félix va cuidar de nosotros—Los flamencos del valle se entusiasmaron con la idea y Peter fue designado como el nuevo héroe. Salió entonces en busca de comida para su pueblo, pero no tardó en descubrir que el lugar que había prometido era una trampa. Era una zona de caza controlada por el gobierno, donde los flamencos eran cazados como cualquier animal. Peter fue capturado y llevado a una jaula.