Capítulo 18

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¿Qué rayos ha pasado? Se pregunta Harry, mirándose al espejo redondo y pequeño empotrado a la pared de azulejos de un celeste muy claro, ubicado por encima del lavabo blanco. Lleva una toalla atada a la cintura, el cabello húmedo por el agua helada de la ducha, pero aún cuando el frío beso del liquido pudo mitigar el calor que lo había inundado desde que Sage lo echó de su coche y lo dejó a mitad del bosque desconocido, no hizo nada con el torbellino de su mente.

Se siente extraño, como si estuviera a punto de enloquecer, si es que no lo ha hecho ya.

Una vez más, incursiona en su atormentada existencia dentro de su cabeza, halla el grueso cúmulo de nubes que envuelve un jodido vínculo real, vivo e inestable.

—Mierda.

¿Y por qué carajos lo está bloqueando con tanta fuerza?

No ha sido de manera consciente, él ni siquiera tuvo el tiempo suficiente para asimilarlo, o considerar la idea de un bloqueo.

Entonces...

—Eres un desgraciado —se dice a su reflejo, aunque no está hablando con el lado humano, sino con el animal materializado en sus ojos, amarillo pálido como una hoja seca—. Un jodido desgraciado.

La tormenta de emociones vuelve a crujir dentro de él una vez más, el conocimiento es innato, instintivo, sabe que no fue provocada desde el interior. Es de Sage. Él puede sentir todas sus emociones y ahora la loba está llorando, su alma tiembla con dolor y rabia.

Rabia que él ha provocado, aunque no puede entenderla. No entiende lo que pasó más allá de este vínculo inesperado. Harry solo dijo la verdad, ¿por qué entonces ella reaccionó de esa forma? Como si lo que en realidad hubiera dicho fuera te voy a abandonar para siempre.

Mujeres.

Por esta razón nunca quiso tener una relación, su trato con el sexo opuesto fue solo encuentros rápidos de una noche.

Ahora, sin embargo, la idea de un encuentro con alguien diferente a Sage provoca que su bilis suba a su garganta.

Negando, Harry se concentra en el bloqueo que ha construido y no sabe cómo quitar. Recibe una respuesta cruel y poderosa, garras y dientes azotando su mente, es como un rotundo ¡No! Que lo empuja, lo obliga a retroceder.

—Le haces daño, maldito infeliz.

El leopardo de las nieves gruñe sin hacerle caso, y la niebla espesa vuelve a enroscarse alrededor del vínculo. Le muestra los colmillos, un siseo de advertencia.

—Uh, la estás protegiendo, ¿de qué?

El animal lanza una línea de pensamiento que se escurre a través de las imágenes del pasado y luego vuelve, empuja, y Harry regresa a la realidad de este pequeño baño de hotel, al reflejo del espejo, del hombre al borde del colapso.

—De nosotros —entiende, y aunque eso ya no suena como una idea terrible, en el fondo sabe que están haciendo las cosas muy mal.

Sage es una criatura sensible, ella vive en la emoción, impedirle sentir las suyas debe tener alguna clase de efecto nocivo.

—Le hacemos daño.

Harry intenta encarar la niebla pero recibe la misma respuesta, y un rugido furioso.

—¿Por qué?

El leopardo lo ignora, las imágenes llueven, recuerdo tras recuerdo, cada uno atado a fieras y negras emociones, Harry había pensado que había olvidado esas cosas, está muy equivocado. Él vinculo solo ha hecho que todo vuelva con mayor fuerza, ¿por qué? No puede saberlo.

Omega [Moon Fighters 5.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora