CAPÍTULO 6

163 21 32
                                    

ASTOR

Ni siquiera sé cómo lo logro. Solo hago lo que hacemos todos en Hopendath: seguir las reglas. Extiendo mi brazo con Lisa a mi lado, como siempre. Desde que ella cumplió ocho años y quiso hacerlo junto a mí, mantuvimos la costumbre.

Estoy devastado. No puedo creer que Ginger haya desaparecido, esto no hubiese sucedido si hubiese investigado la desaparición de mi hermano. Ahora me siento culpable por todo: por no haber hecho algo para cambiarlo, por no amarla como ella a mí. Por lastimarla.

Veo el color aparecer delante de mis ojos con mi brazo extendido y el naranja empieza a verse debajo de nuestro rojo. Sonrío y miro a Lisa, ella me devuelve la sonrisa. Sé que ambos pensamos en lo mismo: Merlín.

MERLÍN

No puedo creer que sonaron las campanadas justo en este momento. Si sucedía unas horas antes nos hubiese encontrado en el vacío entre las fronteras verde y azul, y no hubiese podido participar. Ningún habitante de Hopendath puede abstenerse de hacerlo. O, al menos, no debería.

Voy hacia la zona costera de la región naranja con Stacy, ahí veo a mis amigos, a Beth y al resto del pueblo. Desplegar el arcoíris es una especie de fiesta y el clima siempre se sintió embriagante para mí. Hoy también, a pesar de que sé que algunas cosas no están bien.

Veo el rojo completarse y extiendo mi brazo para ser parte del despliegue de mi color. Stacy se mantiene a mi lado. A los ocho años, la corte de Hopendath la consideró "incapaz" de participar de nuestro ritual. Hice todo lo que pude, pero no logré cambiarlo. Nunca dieron explicaciones lógicas. Ella sigue yendo cada vez que suenan las campanadas, sé que muere por ser parte. Me duele no poder ayudarla. Puede que cada año odie más a la corte de Hopendath por ello, me alegra poder tener una revancha rompiendo las reglas.

El naranja está completo, debajo del rojo. Ahora solo tenemos que mantenerlo allí. Sonrío y susurro: "Es tu momento, Abbie".

ABBIE

¡Amo este momento! Corro con mis amigas hacia el centro de la zona amarilla. No dejo de pensar en los chicos de las otras regiones, los siento cerca. Siento que fuera de las reuniones que tuvimos y los encuentros sorpresivos, ahora también estamos haciendo algo juntos. Tal vez nunca nos dimos cuenta de que, en este preciso momento, no hay fronteras. Todos juntos. Hopendath unido por una causa, la más linda: dar un mensaje de esperanza. Ese en el que tanto creo: después de la tormenta, después de la oscuridad... siempre hay algo de luz, hay color... hay esperanza.

Extiendo mi brazo mientras cantamos. Siempre cantamos en nuestra región. Separo los dedos de mi mano extendida y despliego mi color. Sé lo que viene después y ahora me gusta un poco más saberlo. La dulce Jude... seguro explotó su corazón cuando vio cómo se desplegaba el rojo al comienzo del arcoíris.

JUDE

Dejé mi lanza en casa y caminaba hacia la laguna cuando sonaron las campanadas, así que tardé solo unos minutos en llegar a la zona costera de la región verde. Vi el rojo aparecer y se me encendieron las mejillas. "Astor", pensé. Me gustaría verlo desplegar su color, algo que es absolutamente imposible. Solo podemos hacerlo en nuestra región y con nuestro pueblo. Nunca podríamos desplegar nuestro color juntos. Así no funciona, así no se forma el arcoíris.

Mi madre se reúne conmigo y esperamos nuestro turno. Pienso en Merlín y luego en Abbie. Siento que tengo un secreto que, además de ser arriesgado y peligroso, me hace entender mucho más lo que hacemos. A lo mejor no se trata solo de dar esperanza a quienes ven nuestros colores desde la Tierra. Tal vez sea una manera de romper esas fronteras. Deseo romper todas las reglas de este mundo. Astor hizo eso conmigo.

¿Qué hará Brandon? Me pregunto cuando veo aparecer el azul debajo de nuestro verde. ¿Lo veremos en la próxima reunión?

BRANDON

Crucé la frontera, hablé con chicos de otra región. Ni hablar de que mi novia me engañó. En medio de este caos en el que se transformó mi vida dudo que sea importante no ser parte del despliegue del arcoíris. No hoy.

Decido permanecer en el vacío mientras veo al rojo aparecer tímidamente. Pienso en lo mal que me hizo sentir Lisa. Soy un idiota, no debería importarme lo que piense de mí una chica que ni siquiera me conoce, pero entre todas mis inseguridades potenciadas porque mi novia de toda la vida me engañó, esto me terminó de romper.

Hoy no es día de darle esperanzas a nadie. Nunca soy idóneo para hacerlo porque nunca tengo esperanzas respecto a nada, sin embargo, realmente siento que en este estado sería hasta injusto hacerlo. Estoy destruido. Así que permanezco allí, viendo aparecer los colores y me pregunto qué voy a hacer dentro de dos días.

El azul se ve hermoso en el arcoíris, pero mi preferido siempre fue el índigo. Es un color con una identidad extraña. Es un tono entre colores intensos. Es Lexie. Pienso en ella y me río cuando imagino a Hans desplegando su violeta completamente ebrio.

LEXIE

Tengo que salir literalmente corriendo de la ducha. Esto de no saber cuándo van a sonar las campanadas me altera. Me cruzo con mi hermano en las escaleras y me mira emocionado. Cumplió ocho años la semana pasada: es la primera vez que va a participar de esto. Así que dejo de lado mi frustración por lo de la ducha a medias y el hecho de tener la mente en otro lado y lo tomo de la mano.

—¡Hey, Lex! —exclama un grupo de compañeros de la academia que cruzo en el camino—. ¿Puedo desplegarte mi color en privado?

Me detengo. Me tienen harta, pero especialmente en este momento me supera. ¿No ven que estoy con mi hermanito? ¿Nunca piensan ubicarse? Les muestro mi dedo del medio y les regalo una media sonrisa. Jake se ríe. Mi hermano es una de las mejores personas del mundo. Es inteligente como pocos, me hace feliz saber que no va a ser un idiota como mis compañeros cuando tenga diecisiete años como ellos.

Nos dirigimos hacia la zona costera de la región índigo, estoy un poco nerviosa. En parte porque es la primera vez que Jake va a ser parte de esto y también por la reunión que presencié hace unas horas. No sé qué está pasando, pero estoy segura de querer formar parte de cualquier rebelión que vaya en contra de las injusticias. No me importa que sea una rebelión roja, porque Astor empezó con esto. Planeo ser parte y no lo dudo.

Cuando el azul aparece por completo en el arcoíris, guío a mi hermanito. Mis padres están por algún lado de este tumulto de gente. Le digo a Jake que piense en su color y en todo lo que le gusta de su región. Lo impulso a que extienda su brazo y abra su mano, mostrando la palma y manteniendo los dedos separados.

—Tenés que apuntar con la palma hacia abajo —digo. Él me escucha atentamente y sigue mis consejos, mientras una señora de edad avanzada lo mira con ternura. Jake lo da todo y se apasiona cuando ve el índigo siendo parte del arcoíris que ahora está completando Hans con sus compañeros de región.

HANS

No pensé que había bebido tanto, pero todo parece demostrar lo contrario. Tengo la suerte de estar cerca de la zona costera de la región violeta cuando suenan las campanadas así que me quedo allí, viendo cómo el arcoíris empieza a nacer desde el rojo. Me río de solo pensar en la cara de Lisa mirando a Brandon. Nunca vi a una persona despreciar tanto a otra. Pobre azul. Me da pena que no sepa dejar atrás los problemas, si esto llega a buen puerto espero poder enseñarle a vivir la vida como corresponde y no llorando por chicas bobas. Yo soy un experto.

La zona costera se va poblando y cuando el índigo aparece por completo recuerdo a Lexie. Me siguió sin descanso hasta el vacío de la frontera entre las regiones azul y verde. Si hay alguien perseverante e intolerable a las injusticias en Lexie. ¡Había robado una fruta! ¡El alcohol me genera hambre! ¡No era tan grave!

Mis amigos me alcanzan y empezamos a desplegar nuestro color. "¿Dónde estabas?", "¿Estuviste tomando otra vez?", "Vimos a Sarah besándose con Eric", dicen todo eso y más mientras yo solo pienso en lo fantástico de romper las reglas con chicos que también quieren hacerlo. ¿Acaso estoy soñando? No les respondo y sigo con mi mirada clavada en el arcoíris, ahora completo. Me encanta pertenecer a la región que da el toque final, pero también me parece justo que esta rebelión la haya comenzado un rojo. Así comienzan las cosas buenas en Hopendath. 

HOPENDATH I. Rebelión rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora