Solo si es contigo ~Pablo Gavi~

16

Pablo Gavi

12 de octubre
Miércoles
16:66

-Pablito, vas a jugar muy bien, como siempre. -Me anima Beli. Mientras se acerca a mi metiendo sus manos por mi camiseta para tocarme y abrazarme.

-Tu crees?- Le pregunté a centímetros de su boca.

-Si, estoy segura- Dio ella el paso de juntar nuestros labios.

-Me voy a ir a la ducha- Dijo ella, me daba un beso cuando terminaba una palabra.

-Me voy contigo.

Los dos nos ducharnos juntos, al terminar me tuve que ir al entrenamiento. Beli vino conmigo, iba a quedarse viendo el entrenamiento, el cual era publico.

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-Bro, esa no es Mel?- Pregunto Pedri.

-Si, es ella.

-Habeis arreglado lo vuestro?

-Si, por fin.

-Me alegro muchísimo. Hacéis una pareja preciosa.

-Gracias, bro.

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Habíamos quedado empatados contra el Getafe. Estaba un poco triste y Mel lo sabía. Ella conducía hasta casa, mientras yo le hacia caricias en el muslo.

-Pablo, no te machaques tanto. Lo has hecho bien pero no siempre se puede ganar baby- Me intento animar ella.

-Ya, pero lo podría haber hecho mejor.

-Lo has hecho lo mejor que has podido, Pablito. - Cuando me llamaba así siempre me sacaba una sonrisa.

Llegamos a casa y nos pusimos el pijama.

-Beli, que quieres cenar?

-Me da igual, lo que tú prefieras Pablito.

-Yo tampoco se que cenar- Me acerqué a ella y ella me abrazó por la cintura.

-Si quieres podemos cenar pollo, lo pedimos para llevar de ese local que tanto te gusta y cenamos mientras vemos una peli. -Me acarició la espalda.

-Me parece genial.

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Estábamos tumbados en el sofá, yo encima de ella mientras ella me hacia caricias en el pelo. Habíamos terminado de cenar hace rato y ya habíamos recogido todo. 

-Pablito, te estás quedando dormido, si quieres vamos a tu cuarto a dormir ya.

-A nuestro cuarto, desde hace mucho tiempo ese cuarto no es sólo mío, es tuyo también y lo sabes. -Me apoye sobre mis manos para poder mirarla a la cara, ella sonreía. Su sonrisa era (y es) tan perfecta.

-Vale, a nuestro cuarto- Respondio ella.

Los dos juntos nos levantamos del sofá y nos dirigimos a nuestro cuarto. Ella se tumbo y yo encima de ella mientras escuchaba sus latidos. Era mi nuevo sonido favorito.

Me quedé dormido con sus caricias. Me quedé dormido encima de la mujer que amo. De la que espero que sea la madre de mis hijos. Mi futuro y mi presente.