Una mujer hermosa caminaba por el centro de su pueblo con una cara seria.
Era la muy conocida Bikina, o como realmente se llama, Takemichi Hanagaki.
Ella es muy conocida porque vende flores y los fines de semana vende postres.
Pero lastimosamente también es muy conocida por el gran desamor que una vez sufrió gracias a un hombre.
Por lo que pasó de ser una mujer fácil de halagar a una que ni con mil poemas, la luna bajada, docenas de rosas todos los días o grandes riquezas la harían fijarse en alguien.
Su desamor, hace mucho la dejo, yéndose a pelear en la revolución que estaba surgiendo en esos tiempos, pero aún cuando esta ya había acabado, nunca volvió a saber de él, de su gran amor, Shinichiro Sano.
Desde ese entonces, ella se volvió más reservada, más seria, algo orgullosa, muy altanera, pero eso sí, seguía siendo hermosa, una mujer preciosa en pena todos los días, con una vivaz esperanza de que su amado volverá a su pequeño pueblo y podrán cumplir su promesa de casarse e irse a vivir a una montaña cerca del pueblo, juntos, hasta que la muerte los separe.
Aunque cada día está esperanza se va apagando poco a poco por los comentarios sizañozos de la gente.
×: Mujer, ya supera a ese hombre, seguro ya está seis metros bajo tierra, sino es que se escapo con una inglesa o francesa a hacerse millonario en otro país - hablo una vecina suya que le había ido a comprar flores.
Esto hizo que Takemichi le mirase mal.
Takemichi: Agradezco, sus palabras de apoyo, si así se le puede llamar, pero más le agradecería que se fuera si no tiene nada más que hacer aquí -
×: No seas así, sólo te estoy diciendo algo que es una posibilidad - dijo indignada.
Takemichi: Aaah claro, seguro y me lo dice por experiencia con su marido, que la dejo por otra aún usted estando embarazada de él y este sabiéndolo, aunque ahora lo estoy comprendiendo un poco - dijo con una sonrisa para que la señora se fuera enojada del lugar - adiós, vuelva pronto - dijo con un tono dulce en forma de burla.
Así y más comentarios le llegaban, pero aún así, era terca y no lo aceptaría, jamás lo haría.
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Era una mañana tranquila en en el pueblo de Takemichi.
La mujer joven de 24 años estaba acomodando sus cosas cuando comienza a ver como en la plaza varios se empiezan a agrupar en un lugar en específico.
La mujer mentiría si dijera que no le dio curiosidad, pero tampoco es tan chismosa para ir a ver como los demás.
Más sin embargo el universo se encargo de mandarle vecinas chismosas para que la tuvieran al tanto de todo sin si quiera ella mover un dedo.
×: Takemichi, te enteraste? - hablo una de sus vecinas yendo a su lado.
Takemichi: No, de que me tengo que enterar? - hablo mientras seguía arreglando su puesto.
×: Pues, resulta ser que hoy varios riquillos se van a mudar a el pueblo, para un respiro de la ciudad según ellos, pero si los vieras mujer, hasta te olvidabas de Shinichiro, aunque estoy empezando a creer que eso nadie te lo quita -
Takemichi: Y estas en todo lo correcto, se que él volverá, sólo es cuestión de, tiempo, o tal vez no, y si él ya se fue de mi lado, entonces no volveré a fijarme en ningún otro hombre -
×: Ay mujer, bueno, por qué no me acompañas a ir a ver, ándale, no quiero ir sola - dijo muy insistente la mujer que era más mayor que la rubia.
Takemichi: No puedo, tengo que encargarme de la tienda y, no, simplemente no tengo ganas -
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La Bikina
FanfictionSolitaria camina la bikina, la gente se pone a murmurar. Dicen que tiene a pena (Shinichiro), dicen que tiene une pena que la hace llorar. Altanera, preciosa y orgullosa, no permite la quiera consolaaaar. (Aunque ellos lucharán contra eso). Pasa, lu...