HEAVENLY SINS [+21]

𝖮 𝟣 𝟤

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Try me - The Weeknd
♱ ──────────reinforced FRIENDSHIP

𝓑 | BROOKLYN GRAY

6 de abril de 2022.

Cuatro días desde aquella noche y sigo sin poder sacármelo de la cabeza.

Aún no sé si haberle dicho mi nombre ha sido una buena decisión, posiblemente lo descubra pronto, si es que no fui solo un polvo para aliviar su hambre. Igual que lo soy para todos los demás hombres que pasan por mis sábanas diariamente.

Recuerdo cómo me sentía cuando Enzo me recogió antes de traerme de regreso al club. Esa sensación de plenitud. Como nunca antes me había sucedido.

No consigo entender qué me pasa, honestamente.

No fue la primera y, ciertamente, no será la última vez que esté con un hombre; pero el cómo me hizo sentir desde que puse un pie en ese Pent-house, fue..., diferente. Único.

Me sentí segura y protegida. Quizá por la imagen que tenía de él, aunque no me quejo de ese lado frágil y cautivador suyo.

Me dejó ver a la bestia hambrienta que vive en él, y eso me gusta...

Cualquiera de las chicas que están aquí conmigo les diría que tener sexo es lo último que quisieran hacer después de laborar exhaustivas horas como trabajadoras sexuales y de resto como strippers.

Para mí, el sexo era mi escape, siempre y cuando fuese con alguien que realmente me atrajera. Como Enzo, por ejemplo, pero ni siquiera en una recopilación de todos mis encuentros con Enzo se asemejarían a lo que me hizo sentir ese maldito sacerdote en unas cuantas horas.

Tenía este brillo divino y travieso en él que me atraía de una forma distinta, porque él era distinto.

Sin embargo, hubo algo que quedó atrapado en mi cabeza y no consigo encontrar su relación.

¿Dónde había escuchado ese nombre antes?

Damon Mason...

Cerré la pequeña libreta de golpe y la volví a esconder en el pequeño espacio entre la tina y la pared en cuanto escuché el pomo de la puerta girar.

Tratando de actuar normal, me hundí hasta que el agua me llegase al cuello, sintiéndole mojar los cabellos nacientes en mi nuca, tomé el rastrillo y lo pasé sobre mi muslo apoyado en el borde de cerámica.

—¡Ah! Ahí estás —pronunció Lexi mientras atravesaba el umbral.

Llevaba unos pantalones cortos de mezclilla y una camiseta sin mangas, dejando ver las tiras del bikini que tenía debajo.

—¿Dónde más estaría?

—Pues, no lo sé, Brooke. Últimamente estás fuera o trabajando —se quejó mientras tomaba asiento en un banquillo de madera color caoba que mantenía junto a la bañera—, ya casi no pasas tiempo conmigo.

Dejé el rastrillo a un lado, tomé el jabón y lo froté en mis brazos.

—Sabes que no es porque no quiera. Te recuerdo que "estar fuera" y trabajar son sinónimos para mí mientras sigamos en esta pocilga —volteé a verla con cierta incredulidad en mis ojos antes de regresar a mi enjabonado.

—Lo sé —se acomodó en su asiento soltando un suspiro—. Cambiando de tema, ¿cómo te fue en la cita de hace unas noches? Escuché a Hades decir que era un tipo con mucho dinero, algún político supongo —su lengua inició la carrera habitual a la que ya estaba acostumbrada.