𝘛𝘙𝘌𝘚

643 103 26
                                    

Por primera y única vez en un largo tiempo, Jongseong se permitió divertirse un poco en la compañía de sus amigos. Logró sentirse un poco feliz, ¿Hace cuánto tiempo se había reprimido el sonreír sinceramente? Las pocas veces que lo hacía; era cuando recordaba a Jungwon a su lado, sonriendo, feliz.

Su mirada se detuvo en Jungwon y su sonrisa inmediatamente se borró. ¿Por qué estaba riendo? ¿Por qué estaba siendo feliz sin él?

—Estoy seguro de que él quiere saber que eres feliz—masculló Jaeyun, como si pudiese leer sus pensamientos.

A los ojos de Jay, ninguno de ellos podía compréndelo por más que lo intentasen, estaba cansado de que la gente fingiese entender la situación. Estaba cansado de escuchar los típicos: "Te entiendo". No eran ellos quienes tenían que ver a la persona que más amaban en el mundo postrado en una cama, conectado a una máquina que lo mantenía con vida; no eran ellos quienes sufrían por no tener a Jungwon a su lado. Simplemente no podían imaginar su dolor.

Su rostro se mantuvo sin expresión alguna, nadie era mejor que Park Jongseong para fingir indiferencia.

—Tal vez—contestó segundos después—, pero soy yo quien no quiere ser feliz sin él.

El silencio inundó la habitación.

Entonces, la mente de Jongseong viajó y se vio invadido de recuerdos... Antes de conocer a Jungwon, no toleraba a las personas ruidosas, no quería estar ni un poco cerca de aquel pequeño pelinegro. ¿Cómo fue que se enamoró de Jungwon?

Se conocían ya hace algunos meses... Jungwon no dejaba de molestarlo cada vez que encontraba la ocasión, normalmente era él quien se acercaba a Jay; pero aquella vez no fue así. Ese día había llegado Riki a sus vidas y sería el nuevo compañero de Jungwon.

Jay, instintivamente, buscó a Jungwon con la mirada. Se había acostumbrado a verlo esperarle con una bella sonrisa en el rostro, pero él no se encontraba ahí. "¿Dónde se habrá metido ese mocoso?" Pensó Jongseong.

Y entonces lo vio, caminando al lado de un chico que aún no conocía; riendo y charlando como si fuesen conocidos de toda la vida. Su corazón se contrajo, y por alguna extraña razón, se sentía herido y traicionado.

Fue ahí cuando Jay se negó a verlo con alguien más.

Normalmente, a Jongseong le gustaba observar a Jungwon en completo silencio, pues sentía que era la única manera en la que él, de cierta forma, podía escucharlo. Sin embargo, ésta vez el silencio comenzaba a desesperarlo.

—Podríamos viajar—propuso Heeseung, intentando animar el incómodo ambiente que se había formado—. Ya saben, despejarnos un poco.

—Oh, es buena idea—asintió Riki, aunque no estaba del todo de acuerdo. Después de todo, Jungwon había y seguiría siendo su mejor amigo.

Jongseong frunció el ceño. ¿Estaba escuchando bien? ¿Querían ir de viaje para olvidar la muerte de Jungwon? ¿Querían llevarlo a él para "despejarse"?

—¿Qué?—preguntó Jongseong, incrédulo—. ¿Qué...?

Seonwoo, quien estaba ya un poco cansado de ver a su hyung favorito sufrir, murmuró:

—Hyung, Jungwonie mañana no estará aquí...

La furiosa mirada de Jongseong se dirigió hasta Seonwoo, quien pocos segundos después se percató de lo estúpido que había sido decir aquello. Estaba claro que eso él ya lo sabía.

—Hyung...—susurró arrepentido—, yo...

—Largo—dijo Jongseong sin ninguna pizca de compasión—. Quiero que todos ustedes salgan de aquí ahora.

—Piensa lo que estás diciendo, Park—murmuró Sunghoon, casi sonando como una suplica—. Nosotros sólo queremos ayudarte en esta situación.

¿Ayudarle?

Aquella estúpida—a los oídos de Jongseong— oración, fue la gota que derramó el vaso. No necesitaba a nadie más que no fuese Jungwon, la única persona que podía salvarlo de la miseria, era el mismo chico que estaba apunto de morir, llevándose consigo a Jongseong.

—¡Me importa una jodida mierda lo que estén intentando hacer!—gritó exasperado, levantándose del frío suelo—. ¡Dejen de pretender que comprenden lo que está sucediendo, no entienden una mierda de lo que estoy sintiendo!

Sus cinco amigos, aún en shock, sólo se dedicaron a mirarlo mientras recorría el lugar a largas zancadas.

—¿Saben cómo me siento al verlo ahí todos los malditos días?—se detuvo un momento, esperando una respuesta. La cual, por supuesto, no obtuvo—. No, no lo saben. ¿Tienen una maldita idea de lo que es extrañarlo cada segundo del día? Por supuesto que no la tienen porque ninguno de ustedes lo ama como lo hago yo.

—Jay...

—Sólo dejen de fingir que lo entienden...—su voz se rompió. Las lágrimas se acumularon en sus pequeños ojos—. Sólo quiero estar solo...

Sunghoon negó rápidamente, levantándose para caminar hacia Jongseong y refugiarlo en sus brazos.

—Sabes que no es lo que quieres—murmuró.

----------
me duele el alma

𝙀𝙐𝙏𝘼𝙉𝘼𝙎𝙄𝘼 » 𝙅𝘼𝙔𝙒𝙊𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora