El Libro Del Despertar

Prólogo

"La mente humana no está preparada para conocer los secretos que se esconden en lo más profundo del oscuro e infinito espacio. Aquellos que osan desafiar esta realidad serán testigos de su propio descenso hacia las tinieblas a medida que su cordura se desvanece, así como sus propios pensamientos. Nuestros cerebros deliberadamente nos hacen olvidar cosas, para prevenir la locura."

"Lloig llll mgepmguln mgehye'lloig. H' fhtagn nafl'fhtagn. Mgep ng ep"*

-El libro del despertar

Capítulo 1: Despertar

Cuando despertó, se encontró atada a una silla en una habitación oscura. La única luz provenía de una pequeña lámpara colgada del techo que, con un leve tambaleo, lograba iluminar varias partes de la sala.

No recordaba por qué estaba allí, ni siquiera sabía dónde estaba. Antes de que pudiera hacer más preguntas, justo enfrente de dónde estaba retenida, una puerta se abrió y una figura entró en la estancia.

-¡Por fin despiertas! -dijo un hombre entrando lentamente por la puerta, cerrándola tras de sí. Por su voz tendría unos 30 y tenía un acento peculiar, parecía australiano, pero hablaba de una forma muy americana.

-¿Quién eres? - preguntó - ¿Qué está pasando?

- Relájate, todo va a salir bien. ¿Recuerdas algo antes de estar aquí?

No recordaba nada anterior a estar atada en esa habitación.

De repente un fuerte dolor azotó su cabeza. Una serie de recuerdos inconexos aparecieron en su mente. Parecido a una borrosa película de sucesos que parecían fuera de su comprensión. Una cueva, un hombre, un libro y un mar.

El dolor cesó y ella estaba aún más confundida que antes. El hombre, que no se había movido, se inclinó para examinarla.

-Son los efectos de la amnesia, los flashes de memoria pueden llegar a ser dolorosos e impredecibles. - El hombre cogió una linterna y cuidadosamente examinó sus ojos.

-Parece que todo está en orden. Dime, ¿qué sabes acerca de un libro?

- ¿Un libro?

-Un libro negro, de cuero y con marcas de runas antiguas.

- ¿Debería saber algo sobre ese libro?

- No hagas como si no lo supieras.

- ¿Qué es esto? ¿Dónde estoy? - Gritó, inclinándose bruscamente hacia delante, a pesar de sus ataduras que le hacían daño en las muñecas.

- Tranquila, todo va a salir bien, solo necesito saber dónde está ese libro. Si me ayudas, entonces podré ayudarte, te lo prometo.

- ¿De verdad esperas que confíe en ti, cuando estoy atada a esta silla? Por mí puedes coger ese libro y metértelo dónde te quepa.

- ¡Qué blasfema eres! Y muy cabezota. ¿No ves que te estoy ayudando?

Entonces otro dolor apareció de la nada y le provocó una pequeña sordera durante unos segundos. Más flashes aparecieron en su cabeza.

Estaba con un hombre, de su edad más o menos, un amigo. Estaban en una cueva, estaba muy oscuro y sentía miedo. Lo siguiente que recuerda es que encontraron un libro, con runas antiguas en el dorso y por todo el recubrimiento de cuero negro.

Nunca había visto un libro así en su vida. Luego comenzaron a escapar de algo y de pronto saltar y caer al agua. Fue entonces cuando una palabra se le vino a la cabeza: John