ONE

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Fue hace dos años había ido a comprarle un regalo a mi madre; recuerdo que tardé unas 2 horas para encontrar el perfecto para mi madre.

Salí de la tienda y cogí mi auto para conducir de vuelta a casa. Iba tranquilamente, ya que a mi madre no le gusta que valla con mucha velocidad.

Me faltaban menos de nada para llegar a casa; incluso en la distancia pude observar a mi madre regando el jardín. Me dispuse a acelerar para llegar cuanto antes.
De repente salió un coche de no sé dónde a la velocidad de la luz, no recuerdo que pasó; sólo que desperté en el hospital con los ojos vendados.

Al principio no entendí por qué... Pero luego, tras unas semanas cuando me quitaron el vendaje... Lo comprendí...

Me había quedado ciego!.. no puede ser!...

Me negaba a creerlo y a aceptarlo.  Me dijeron que debido al accidente perdí la visión, ya que se me metieron unos trozos de vidrio en los ojos. Ocasionando una lesión interna.

Mi madre buscó todas las maneras posibles; habló con muchos doctores, pero le dijeron que era un caso muy delicado y complicado.

Al final, no queriendo ser una carga, le pedí a mi madre que me ingresara en un centro. Donde al menos aprendería a no ser una carga para mí familia.

Aquí estoy ahora;  mirando por la ventana, sin ver, disfrutando solamente de la brisa sobre mi piel y escuchando los sonidos de la naturaleza.

Oigo la puerta abrirse, se escuchan unos pasos tranquilos . Es la enfermera. Con el paso del tiempo aprendí a usar  mejor mis otros sentidos, pero no lo suficiente.

Ella me informa de que ha venido mi madre a visitarme; Me acompañó hasta donde supuse que estaba mi madre.

-- Hijo, hijito mío..-- sentí los cálidos brazos. La extrañaba tanto. Sin querer derramé unas lágrimas.

Ella me entregó una cajita; no podía saber qué era y tampoco entendía a qué se debía.

-- madre.. qué es?-- entonces sentí que volvía a comer y de pronto sentí un líquido mojar mi mano. Hice una mueca de confusión.

-- Feliz cumpleaños hijo mío-- oh sí hoy era mi cumple. De tanto pensar en ello días atrás se me había olvidado.

Madre mía hoy cumplo mis 24 años y es mi segundo cumple desde que vine aquí.

El frasco de mi madre contenía uno de sus perfumes caseros con fragancia de Margaritas. Junto con un ramo de ellas, me bastó sólo con olerlas y apreciar su aroma.

Abracé a mi madre y celebramos juntos mi cumple. Fue muy divertido.. gracias, madre.

-- madre.. sabes algo de Hongseok?-- sentí una punzada en mi pecho al recordar al hombre al que una vez amé.

-- emm... Hijo verás es que me dijo que te diese esa carta y que te la leyera alguien-- mi madre se atragantó un poco con la comida.

-- madre Lee la carta, por favor--

La carta decía:

Querido Jinho.... Amor mío. Me veo en la necesidad de escribirte ésta carta.. por que no Tengo el coraje de decírtelo en persona...

Debido a tu condición reciente, yo te amo lo sabes y tú también me amas . Por eso seguro que quieres que yo sea feliz.

Por eso te pido que me dejes marchar y que me dejes empezar una nueva vida; ya que en tu condición, sin ofender, ya no me harías tan feliz como antes.

Te pido que me olvides y que trates de ser feliz.
Con todo el amor que te tengo... Cuídate Jinhonie....

Atentamente Hongseok....

-- Hijo...-- interrumpí a mi madre y cambié de tema. -- madre, cómo están Hyunngu y changgu?-- preguntaba por mis hermanos mellizos.

Madre dijo que estaban bien; pero hacia mucho que no me visitaban , supongo que tienen mucho trabajo.

Mi madre se fué y yo fuí llevado de vuelta a mi sala. Allí, no pude evitar pensar en Hongseok. Me dolía tanto que me haya dejado, tal y como sospechaba.

Me duele que me haya rehusado de ésta manera. Dejé de pensar en ello, ahora ya no vale la pena.

Al día siguiente me levanté temprano y entre golpes y choques , pide entrar y salir del baño casi ileso.

La enfermera me ayudó a llegar a la sala común, para tomar el desayuno y pasar la mayor parte del tiempo allí.

Después de eso suelo aprender a leer o escuchar música. Hasta ahora ya me sabía algunas letras.

De repente siento una presencia en frente de mí; segundos más tarde una fragancia llega a mis sentidos.

Tan masculina, tan...tan exquisita y varonil.. ufff...

Acerqué mis manos y me topé con un brazo y me asusté. Hubo un rato de silencio y la persona en frente de mí habló.

-- Cho Jinho, verdad?--

-- sí señor-- y es que cómo no llamarle señor con esa voz tan ronca y profunda.

-- yo soy el doctor Jung Wooseok-- hizo una pausa; supongo que para observar me.

-- y para tu información, no me llames señor-- soltó una leve risa que sonó hermosa para mis oídos. -- cuando recuperes tu vista verás que soy un joven muy apuesto jejeje... O éso me decía mi madre--

No pude evitar buscar sus manos y entrelazar nuestras manos-- está usted seguro?... Todavía puedo curarme?-- me emocioné y sentí que iba a llorar.

-- Claro que puedo y además quiero curarte -- eso fué todo; me puse a llorar ahí mismo.

Lloré de la emoción. Pero pasó algo que no me esperé, el doctor me acarició la mejilla y limpió las lágrimas de rostro. Acomodó mi cabello que se me caía en la frente.

-- no llores; tu cara no está hecha para el llanto-- volvió a acariciar mi mejilla.

-- Jinho, te prometo que te devolveré la vista. Y con ella todos tus sueños y proyecto-- éso fue hermoso.

-- pero sólo te pediré una cosas a cambio--

Confía en mí..

Claro.....



Holaaa...

Ésta es una otra historia...
Espero que les guste...
Pero no será muy larga.

Espero que estén bien..

Bye..
















Amor A CiegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora