Final . . . (💙)

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((💙))

―Porque Juvia... ―noto su voz temblar un poco, preocupándome.

Lo siguiente que escucho, me quiebra por dentro, sin creer que es verdad.

―...ama a Gray-sama. ―me sonríe.

Quedo atónito. No me sale la voz. No puedo pensar. Estoy en blanco.

―Perdón por tardar, Gray-sama. Juvia necesitaba pensar y ordenar su cabeza.

― ¿Có-Cómo...? ―¿cómo es posible que sea tan difícil respirar?

Siento que miles de hormigas suben por debajo de mi ropa, o es mi ropa la que me pica tanto. Mi estómago se contrae junto con mi corazón. Mi corazón se detiene, quizás no esté latiendo y moriré por tanta emoción al oír "Gray-sama" al fin.

Algo tan simple me hace descolocar. Es mi nombre que en su boca la aprecio mucho. No pensé que ella me causaría tanto estrago dentro de mí. Ni siquiera sé que decir, sólo saber por qué.

Mi emoción es tanta, que mis ojos se llenan de lágrimas sin resistir mis deseos de abrazarla con fuerza, sentir que es verdad y no un sueño. Es real, que ella esté aquí, conmigo, en una noche plena, me vuelve volátil. Vulnerable. Liberando mis defensas a ir abrazarla sin pensar en nada más, sin decir nada.

Escucho su voz cerca de mi oído y me estremezco sin apartarme. No quiero que se aleje de mí.

―Gray-sama, Juvia está aquí, no llores. ―me abraza fuerte en la espalda, conteniéndome.

―No estoy llorando.

―No ha cambiado, Gray-sama. ―su voz es más energética, imaginando su sonrisa al verme feliz, por este reencuentro que tanto soñé y deseé. Ella también debió desearlo.

Pero... ¿Cómo?

Me alejo lento, tomando una boconada de aire entrar a mis pulmones, apoyando las manos en sus hombros. No tengo intención que nada de mi cuerpo tome distancia. Sólo me paso una mano por los ojos, limpiando mis lágrimas evidentes a que sí lloré por su culpa.

Juvia me mira, tocando mis brazos con sus manos. Se encuentra más tranquila que yo. Comúnmente, ella lloraría a mares.

―Tengo que explicarte muchas cosas.

― ¿Desde cuándo?

―Ese día que estuve en reposo. ―me dice. Gajeel me habló de eso al preguntar su inasistencia y yo le envié un mensaje a que se recuperara pronto y estuviera mejor.

Antes de que yo le recrimine en hacerme esperar todos esos días hasta hoy, se me adelanta, abriéndome su corazón. Me permite entrar sin sus propias defensas que las mantuvo reforzadas contra mí.

Me explica que todo lo contado por Gajeel acerca del coma es cierto. Sus recuerdos avanzaron en sueños, sin prestarle atención. Luego vinieron los dolores de cabeza, luchando contra las voces que le gritaban "¡Gray-sama, Gray-sama!" y órdenes en enviarla a buscarme "¡Tienes que ir a buscar a Gray-sama, Juvia!". Eran las voces de su Juvia pasada.

Un día, el dolor era tan fuerte, que despertó. Saliendo a buscarme desesperadamente, sin medir consecuencias en que correr sin saber dónde estoy, dónde está ella, le traería un fatal suceso que la dormiría por dos años en un estado profundo de inconciencia. Poco recuerda de esos sueños mientras se sentía como la bella durmiente en el hospital en Tokio. Veía su reflejo en el espejo, no era ella, era otra versión de sí misma con ropa extraña y un tatuaje en la pierna. Al despertar, su mente deambulaba en cualquier parte menos en la realidad. Su realidad, nuestra realidad.

⌜Despierta, Para volvernos a Encontrar⌝ Ⅰ GruviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora