Parte 1

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Al otro lado de la calle, una de las oscuras figuras de un grupo de adolescentes llamó mi atención, así como un niño pequeño rodeado de niños mayores le harían voltear la mirada a cualquiera.

Si bien no era el más alto o el más bajo, ese chico definitivamente resaltaba de su grupo con una particular frescura. Tal vez era su postura, que lo hacía ver más elegante en medio de la urbanizada zona; tal vez lo claro de su pelo, que resultaba aún más llamativo por cómo lo llevaba, y su piel morena. Tal vez... algo en la manera en la que reía y hablaba hacia su pandilla. 

Entre las luces de los taxis y mototaxis, los focos malogrados y la luz proveniente de adentro de las boticas y supers, parecía que brillaba.

—Oigan, chequen lo que el Marcos anda que mira —Puccta me tenía que arruinar lo filosófico el payaso del Lucas.

—Naada, interesante vista nomás

Ugh, para qué tengo boca oe.

El Lucas suelta una carcajada en mi cara q me deja salpicado de saliva

iuj

—UUU nueva conquista Mark? —Canturreó ahora el Taeyong, juntando otros irritantes comentarios de los chicos, perforánnndome los oídos que por milagro aún tengo. Me miraban a mí, y luego a donde antes estaba viendo, y luego entre ellos. 0 disimulo, los apuntaban y todooo qué palta.

Pero de la nada y para mi sorpresa, escuché uno de los ruiditos de cuy asustado del Tae. Ni tuve tiempo de reaccionar cuando me jaló del brazo, en dirección a la esquina por la que hace no mucho salimos.

Antes de perder de vista al resto, volteó hacia ellos para decir algo tipo "Gente, los dream."

Ni idea la verdad.

—¿Los drin? Cómo, qué chucha —dijo Taeil dejando su debate de (por lo que llegué a escuchar) gallinazos vs. zancudos, cuál merecía la extinción, y se acercó confuso al que casualmente me arrastraba del brazo —. ¿Una banda o qué? — Buscó info en el ceño fruncido de Taeyong— A chucha, los choros...?

Taeyong asintió, y vi los ojos de Taeil abrirse tan circulares como la luna sobre nuestras cabezas. Será medio dramático a veces, pero esta vez... se notaba el susto. ¿De qué me perdí?

—Vámonos— Lo alcancé a escuchar hacia el resto que andaba atrás de él. Hizo un gesto con la cabeza para que lo siguieran, y vino detrás de mí, que otra vez iba paseado por Taeyong. Al menos ahora del borde de mi casaca abierta.

Aumentó la velocidad de su paso, a lo que sólo pude intentar no pisarle los talones. Mientras tanto, ya habíamos pasado tal esquina e íbamos doblando por otra más, con menos focos, más grafittis y un parque de drogos, probablemente.

—¿Qué fue Tae?— Habló Yuta hacia nosotros, en lo que mi casaca era libre de nuevo, y el incentivador del escape frenó para ver a su alrededor, 0 disimulo, claro.

—Los de al frente mano. Creo que eran choros, de los bravos— Dijo Taeyong entre susurros, parando su escaneo para acercarse más al resto de nuestra mancha, que estaba más desubicada que Dora sin Mapa, me incluyo —. O sea claro, no los vi bien, pero porsia — Nos intentó calmar para bajar la inquietud.

— Nah, ¿seguro? — Procesando el anuncio de peligro, Lucas se acercó a Taeyong susurrando, entre miedo y precaución —, ¿y cómo sabes que... que son pues?

— No sé mano, larga historia. Antes los veía en los campos de la uni, tranqui, luego escuché las ñoras del quiosco diciendo que los vieron robar, luego los profes rumoreando, luego desaparecieron. Luego mm... — Hizo una pausa y miró a la vereda por reflejo, ordenando un poco sus palabras — Me contaron uno de sus asaltos serios básicamente. En una pollería así...

Una vibración en el bolsillo derecho de sus jeans lo interrumpió. Tae sacó su celular y viendo la pantalla nos dijo:

— Mejor que el testigo lo cuente.

Y así nos dejó, con pura confusión y miedo. Las miradas iban y venían de uno a otro, encontrándose y luego mirando al piso o alrededor. Mientras, Tae atendió al contacto cual nombre ni pudimos ver, porque inmediatamente llevó el celular a su oreja.

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Hace rato, al Joni y a Jae les dio hambre, así que quisieron ir por un chaufita. No me sonó mal la idea, pero por ser fin de semana, el restaurante más cercano de hecho que estaba lleno, y mis causitas tienen ya bien presente que aborrezzzco hablar con un bullicio de fondo. 

Por suerte, ellos son gente noble y comprensiva, no fue para nada necesario pagar por todo a cambio de que los principales hambrientos se aguantaran ligeramente y que pidieran para llevar, para así poder comer tranquilamente en el parque, aprovechando que la noche estaba rica y fresca. 

Para nada necesario. Claro.

Nosotros, los restantes 8, íbamos a esperarlos justo afuera del chaufa, frente a la casa de al lado, para no tener que hacernos al lado y todo eso. Pero justo se le ocurrió a Woo hacer del 1, y se resignaba firmemente a hacerlo en el terreno vacío frente al parque por el que caminábamos —no el de los drogos, uno chévere con fuente malograda desde antes que mi abuela naciera. Doyoung terminó yendo con él para que "si luego se le ocurría, no tendría que orinar entre dos paredes llenas de grafitis y encima de una paloma muerta" o algo así. Me hace acodar a mi mamá; a veces me pregunto que hace él en medio de 9 vagos que viven sin chiste.

Pero bueno, al parecer el de la llamada era Jaehyun, porque unos dos minutos después apareció volteando la esquina por donde nosotros vinimos, con una bolsa con unas 3 gaseosas de litro en mano, y con cara de que se le perdió el perrito.

Al vernos a la distancia, sin voltear les dijo nosequé a Jungwoo y Doyoung que lo seguían desde atrás, para luego venir hacia nosotros a paso rápido, casi corriendo. Cuando ya estaba a una casa de distancia, los otros dos parecían estar conversando de las huevadas que la gente escribía o garabateaba en las paredes, tal vez refiriéndose al "Te amo Laura" escrito en al fondo del terreno abandonado en el que Doyo no quería mear.

—¿Todo bien? Tae, ¿qué pasó?— Con cada palabra, la preocupación se le notaba más, y con la mirada buscaba pistas de lo que nos hizo "escapar" de donde se suponía nos íbamos a encontrar. Ea rimita.

—Estamos bien, sólo vimos a unos chibolos medios sospechosos así que los traje acá— Contestó el Tae, recibiendo un asentimiento comprensivo de mi otra causa. Nos hace parecer perros la vrdd, pero así se vive feliz.

Cómo lo explico, Tae es mi mamá. El papá luchón del grupo, no sé. El papel se pasa entre él, Jaehyun y Doyo, y Winwin, que ayuda bastante para ser el adorado del grupo. Pero si no fuera por Tae, pucha, de hecho que no estaríamos acá reunidos. Tal vez algunos estaríamos repartidos por las entradas del mall vendiendo frugelés a mitad de sol, limpiando carros por Tottus, o ayudándole a la señora de los bodoques afuera del colegio. De eso sobreviviríamos, a puro café donde doña Mirta, para trasnocharnos y recuperar 5 cursos una semana antes del periodo de exámenes; o en una situación ya extrema en la que cansamos a nuestras patronas, los céntimos serían para pagar otra hora en el cibercafé del centro y desahogar nuestros feils en el fornais y su buen lolsito.

Bendito sea el profesor que nos vio "potencial juntos" y nos juntó en el taller de danza. Tae no sólo le devolvió la razón a 8 vagos (sin incluir a Doyoung porque ese chibolo es chanconazo) y los salvó de tener 05 de promedio ese año, si no que también... pues nada, aquí está, nos sigue cuidando el poto.

Ah, hablando de vagos buenos para nada y milagros en la vida...

—Jaehyun, ¿y Johnny?

Que se entienda que el milagro es el arroz chaufa que me iba a comer, y el vago es el que me lo iba a traer.

—Qué.— Jae volteó exageradamente.

Cuéntame ๑ markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora