Capítulo Once: La dedicación es la clave

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Un año atrás
2 de junio de 2013

Lennon Alonso

Cinco meses aquí en la academia y una pila de libros que he tenido que aprender. A principio creía que esto se trataba solo de saber manejar armas y pelear contra el enemigo y todo lo que conlleva la acción de este trabajo, pero nada que ver con la realidad porque he tenido que aprender sobre casos, hacer perfiles psicológicos sobre criminales, aprender artes marciales de todo tipo y aprenderme las leyes por si alguna situación se sale de mis manos.

Espero que eso nunca me pase.

Terminando de guardar los libros me dirijo al espejo del armario me amarro la cinta roja en mi cintura mientras noto como mis bíceps y piernas están más musculosas y no es para menos estos cinco meses no solo fueron clases sino horas en entrenamiento, ejercitando con pesas y mejorando la resistencia.

Terminando de arreglarme me voy a practicar taekwondo.

*****************

—Hoy los estaremos evaluando y quien pase las pruebas obtendrá finalmente la cinta negra —nos anuncia Barriega alzando su mano en donde están cinco cintas negras que coloca luego en la mesa frente a él.

—Primeros dos voluntarios a la zona de combate —nos dice mirándonos a todos en donde levanto la mano junto con otro estudiante.

—Lennon y Gabriel vayan a la colchoneta —nos ordena en donde tomamos lugar para empezar.

Nos inclinamos uno frente a otro en señal de respeto primero y luego hacia Barriega que estará a cargo de supervisar la pelea junto con otro entrenador.

—¡Empiecen! —exclama mientras en posición de lucha nos acercamos uno a otro en donde lanzamos una patada a la vez que nos hace separarnos.

El tipo es un cabeza más alto que yo, pero eso no me detiene para acercarme con rapidez y aplicarle una llave empezando a forcejear para que quite mi agarre de él. Logrando de un segundo a otro alzarme en donde me tira al suelo.

Siseo de dolor al sentir como cayó todo mi peso en mi espalda y logro rodar lejos de él al detectar que me iba a lanzar una patada.

Estando aún en el suelo me impulso con mis manos lanzándole una patada giratoria impactando en su abdomen haciendo que se aleje de mí y me levantó volviendo al ataque.

Puños, patadas y llaves es lo único que se observa mientras que todos están alrededor mientras que Barriega y el otro entrenador evalúan que hagamos correctamente las técnicas de artes marciales.

Minutos después toca el silbato parando la pelea en donde ambos quedamos en empate.

—Empate descansen y ustedes dos —dice señalando dos estudiantes más—. Suban a la colchoneta les toca.

Inclinándonos en señal de respeto por la pelea nos dirigimos a la banca para observar a los demás pelear mientras esperamos nuestra revancha.

Una hora después

Miro con orgullo mi cinta negra estos meses valieron todo el esfuerzo estuve a punto de perder en la revancha contra Gabriel y quedarme aún en cinta roja por un tiempo más, pero al esquivar a tiempo el golpe y bloquearlo logrando aplicarle una llave me hizo ganar la cinta.

—Felicidades Alonso —me habla Barriega luego de entregarme la cinta a mí a Adam y tres estudiantes más.

—Gracias —agradezco mientras que Adam me hace señas de ir a celebrar luego en donde asiento es de los pocos amigos que he hecho aquí en la academia ya que desde que llegue parezco ratón de biblioteca.

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