Comienza la aventura.

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Kirenka y Pur habían viajado mucho, tan sólo sabían un lugar donde comenzar, una estación de autobuses abandonada, hasta la fecha, habían pasado tres meses, Kirenka había entrenado a Pur en artes marciales para que pudiera defenderse, aunque no era un luchador destacable, sin dudas ya no era un debilucho cómo antes, en cada parada Kirenka preparaba deliciosas comidas que gracias a esto Pur pudo recuperarse y crecer rápido. Kirenka dominaba un arte marcial tradicional de su familia, esto lo mezclaba con los utensilios de cocina dándole una mortal y eficaz capacidad de acabar con bestias temibles, en cambio Pur se limitó a potenciar golpes sencillos, cómo patadas bajas y medias junto algunos puñetazos básicos. Ambos habían fortalecido su amistad y no hacían más que motivar al otro a ser cazador.

En la parada de autobuses habían algunos sujetos que parecían muy fuertes y otro un tanto curiosos, todos esperaban analizándose entre sí, aunque el ambiente era tenso todos estaban expectantes a ver qué sucedía en aquel lugar. Las horas pasaban y se hizo de noche, algunos se marcharon pensando que se equivocaron de lugar, entonces fue cuando llegaron autobuses llenando el lugar, todos eran diferentes y sólo tenían al conductor dentro, la vieja estación parecía que cobraba vida otra vez, una vez todos estacionados, cada conductor de bus se bajó y anuncio diferentes destinos: "Destino al desierto rojo, destino a la muerte azul, destino al dragón verde, destino al mar negro, destino al acantilado blanco, destino al bosque rosa, destino la vida naranja, destino al siguiente examen". El último siendo el más llamativo y confuso, mucho rechazándolo ya que parecía demasiado obvio, pero cabía la posibilidad de ser una pista para distraer sin más. De un momento a otro todo comenzó a ponerse más tenso, todos los conductores le dieron a un botón y las buses marcaron un contador con dos minutos y otro con un cuarenta, señalando los pasajeros que llevaría cada uno, la mayoría corrió a los diferentes buses y a medida que subían el contador de cuarenta iba bajando.

Pur y Kirenka estaban confusos, no sabían cual escoger, todos parecían llamativos. - Esto puede ser un juego de palabras, tal vez hay que decifrar algo entre todos los nombres de los destinos...- exclama Kirenka siendo interrumpida por Pur. - Creo que lo tengo, en una situación de caos lo más difícil es ver la solución porque te desesperas, es cómo cuando buscas las llaves antes de salir y te das cuenta que siempre la tuviste en las manos, creo que debemos escoger el destino al siguiente examen, por mucho que nos comamos la cabeza no tenemos ninguna pista, todo recae en la suerte de escoger el correcto, así que reduzcamos eso escogiendo el más obvio ¿No?.- Kirenka sonríe y asiente. - Da igual la opción fallaremos igualmente ya que no sabemos nada más, así que mejor fallar con lo obvio que con lo desconocido.- lo coge del brazo y sube al bus junto a él, el resto de participantes terminó de llenar los otros autobuses y el de ellos, muchos quedaron abajo por no decidirse o porque el cupo se llenó, algunos intentaron colgarse o subirse a la fuerza a los buses, pero unos guardias aparecieron a contenerlos mientras arrancaban, alejándose rápidamente del lugar y tomando diferentes caminos.

Kirenka abrió una bolsa de papas fritas y le dió a Pur, ambos comieron y sonrieron esperando si su decisión fue la correcta. Ya tras haber recorrido un largo trayecto, la conductora del bus usó los altavoces para hablar. - ¡Enhorabuena a todos, habéis escogido el bus correcto! El tener claro lo queréis y no dejaros distraer por otras cosas es algo esencial para un cazador, así que ya podéis relajaros que el viaje será muy largo y no habrá paradas.- La mayoría suspiró sintiéndose aliviados por la decisión correcta, realmente habían superado una de las pruebas previas al examen y ya estaban un paso más cerca de su meta.

Mientras iban en el bus muchos estaban exhaustos pero no se fiaban de nada y nadie, así que combatían el sueño, el cansancio también afectó a Pur y Kirenka, ambos decidieron turnarse para dormir, Pur siendo el primero en hacer guardia mientras que Kirenka dormiría unas horas para luego relevarlo y que él pudiera descansar. Así que mientras ella dormía Pur jugaba con su consola, esto le ayudaba a mantenerse despierto y activo, tenía miedo de cometer algún error así que a cada momento observaba a su alrededor y por la ventana por si veía algo. No quería ser pillado por sorpresa.

Pasaron cinco horas y nada pasaba, el viaje realmente se hacía largo, entonces Kirenka despertó y relevó a Pur, dejándose dormir casi enseguida. Cuatro horas más pasaron y nada sucedía el ambiente era tenso, la mayoría esperaba cualquier cosa, fue entonces cuando de la nada unas criaturas comenzaron atacar el bus, la conductora usó el altavoz nuevamente. - Estamos siendo atacados buena suerte a todos.- Echándose a reír y conduciendo más y más rápido, Las criaturas intentaban romper el cristal de cada ventana, aunque estas parecieran resistir más de lo común poco a poco se comenzaban a trizar. Una especie de murciélagos del tamaño de una persona se pegaban a los cristales, al parecer las luces el sonido del bus causaba que se alteraran. Muchos entraron en pánico, pero Kirenka rápidamente le tapó la boca a Pur despertandolo del sueño, surrandole al oído. -Son bestias mágicas, se alteran por el sonido y los movimientos brutos, tan solo no te muevas ni hables.- Pur asiente con la cabeza y se quedó inmóvil en el asiento, aún algo dormido no terminaba de entender que pasaba pero confiaba en Kirenka, que también permanecía quieta en su sitio. La mayoría preparó sus armas o puños para defenderse, pero algunos también comprendieron que simplemente no debían hacer nada. Entonces sucedió, los cristales se rompieron y aquellos que intentaron poner resistencia eran rápidamente apresados por las grandes patas de estas criaturas sacándolos del autobús. Tras unos minutos quedaron unas 15 personas, casi cómo si estuviera programado el sol comenzaba a salir, alumbrando a los aspirantes. La conductora habló por el altavoz diciendo que ya estaban a salvo y pronto llegarían al examen. Aunque muchos eran personas rudas y fuertes, sus caras se llenaron de alegría, sin importar mantener sus apariencias, mientras que Pur y Kirenka no pudieron evitar abrazarse de emoción, los navegantes siempre tienden a filtrar a los aspirantes y a veces es muy difícil llegar hasta el examen, esta vez parece que la suerte les sonreía, aunque el examen sería lo que realmente marcaría un antes y un después, pese a estar felices por esto, estaban mentalizados a que tenían que darlo todo para convertirse en cazadores.

Hunter x Hunter: El juego de la comidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora