Demasiado viejo [YoonMin]

Prefacio

Cuando Jimin tenía doce años de edad, su madre enfermó gravemente.

Yoohyeon siempre fue una omega débil, de mala salud y amiga de los hospitales. Sin embargo, una noche cayó al suelo sin poder sorportar más el dolor que sentía desde hacía varios días. El pequeño Jimin de apenas doce años tuvo que llamar a una ambulancia para que fueran por su madre. La mujer, no dejaba de gritar «¡me duele, me duele!» y cuando los paramédicos le preguntaron qué era lo que le dolía, ella solo respondió «¡Me duele todo!».

Fibromialgia. Ese fue el diagnóstico que le dió el médico. Viviría con un dolor constante en todo el cuerpo por el resto de sus días.

No había cura, tan solo medicamentos que calmaban el dolor de la señora Park por unas cuantas horas.

Para empeorarlo todo, la mujer ya padecía de otras dolencias; celiaquía, alergia al sol, síndrome de hipoplasia del ventrículo izquierdo y narcolepsia.

Aún así, lo médicos no se sorprendieron de las múltiples enfermedades al saber el origen de la omega... Por que Park Yoohyeon fue el fruto de la rara unión de dos omegas.

En sí, que un omega logre embarazar a otro omega es extremadamente raro, pero más raro es que el embarazo llegue a término y que el bebé sobreviva. Eso era lo único que sí sorprendía a los médicos: el hecho de que Yoohyeon haya alcanzado una edad tan avanzada.

Normalmente, estos bebés —despectivamente llamados como «Gammas»— solían ser extremadamente enfermizos y morían a los días de nacidos. Pero si lograban sobrevivir, estaban destinados a ser discriminados para siempre.

Eso siempre fue difícil de entender para el pequeño Jimin. Él nunca comprendía porque la gente trataba tan mal a su mami si ella era tan buena y noble. Yoohyeon no sabía como responder a las dudas de su hijo y Jimin no tenía a nadie más para que le respondiera. No tenía más familia; sus abuelos murieron, no tenía tíos, no había amigos. ¿Su padre? No sabía.

Es así como Jimin tuvo que dejar sus estudios y dedicarse desde muy joven a trabajar y cuidar de su madre.

Yoohyeon sufría demasiado, no solo por sus enfermedades, sino también por ver a su hijo perderse de su juventud. La mujer lloraba porque nunca vió a su hijo salir a divertirse con amigos, nunca le presentó una pareja, nunca retomó sus estudios, ni tomó las actitudes rebeldes típicas de un adolescente. Siempre fue ella, ella y nadie más en la vida de Jimin.

Entonces lo decidió.

Yoohyeon dejó de tomar sus medicamentos, sin que Jimin lo supiera. Y cuando finalmente lo supo, ya no podía hacer nada más, porque Yoohyeon murió de un paro cardíaco.

Ella se sacrificó para que Jimin pudiera tener una vida. Se sacrificó para que Jimin fuera feliz.

Lamentablemente, esto sucedió cuando Jimin tenía veinticinco años. Jimin ya no sabía lo que era relacionarse con gente que no fueran médicos o enfermeras. Jimin nunca había podido desarrollarse y formar una personalidad. Jimin había perdido el sentido de lo que es vivir y de sí mismo.

Fue hasta los treinta años cuando, en la soledad de su hogar y mirando una película, consideró que sería bueno retomar sus estudios. Ya no quería sentirse así, como un cascarón vacío, sin saber cómo continuar con su vida.

Sin embargo, cuando finalmente ingresó a la Universidad a la edad de treinta y dos años y pudo socializar con gente de su edad después de tanto tiempo, se dió cuenta que había alcanzado la fecha de caducidad.

«—¿Uhm? ¿No crees que ya eres muy viejo para eso?» Fue lo que le dijo un chico cuando Jimin le comentó su deseo de casarse y tener hijos.

«—No creo que un alfa pueda fijarse en ti teniendo esa edad. Ellos normalmente se interesan en omegas más jóvenes para que les den crías lindas y sanas.» Se lo dijo alguien más, esta vez una chica. Y todos a su al rededor estuvieron de acuerdo.

La dura realidad golpeó a Jimin.

Había perdido muchos años de su vida cuidando a su madre. Pudo entender su decisión, pero su sacrificio fue en vano, porque ahora ya nadie tomaba en serio a Jimin.

Para la sociedad, él ya era demasiado viejo.