Chapter II: Anna, the Sun.
sonreí al detenerme frente a aquella floristería, sorbiendo mí nariz mientras observaba aquél vapor escaparse de mí boca, hacía frío.
entré al negocio, y pedí un ramo de flores, rosas, para ser específico.
pedí sí podían agregarle una notita, con un nombre por igual, además de un breve mensaje qué me gustaría transmitir tanto en aquél pequeño papel, cómo en persona.
al salir, olfateé las flores cómo sí realmente pudiera sentir su aroma, riendo en casi un susurro por mí estupidez.
comencé a caminar en la dirección que creía qué era mí destino, sacando mí celular para corroborarlo más de una vez, no me gustaba perderme.
al llegar frente al edificio, inhalé y exhalé en profundidad, entrando al mismo al notar qué la puerta estaba desbloqueada y qué debía de entrar, y subir en ascensor hacia el apartamento qué era mí destino.
alguien se subió a mí lado, yo saludando cortésmente por costumbre, recibiendo una cálida sonrisa en respuesta.
¿Qué hacía allí? Podrías preguntarte, cómo yo lo hacía.
Venía a dar un regalo de "Felicitaciones por independizarte", a alguien qué había conocido hacía ya demasiado tiempo.
al llegar al piso, comencé a caminar en busca de aquella puerta qué dijera 7B.
llegué, y me detuve frente a la puerta, analizándola mientras ordenaba mis pensamientos.
— Ay, Dioses... ¿Por qué no le pedí a Juli qué viniera conmigo?
susurré mientras veía la puerta, intentando pensar sí era buena idea o no, realmente.
tragué saliva, mientras sentía cómo cada pequeño recuerdo volvía a mí, sonriendo algo eufórico.
La vez qué corrimos en la cuadra del colegio, ella llevándome la delantera y yo gritándole insultos, para que se detuviera luego, entre sus tan hermosas y características risas.
Las veces que pasamos por ese mismo lugar de la mano, entre sonrisas y toques inocentes.
El colegio.
El aula de sexto en la cuál tomé por primera vez la iniciativa, pidiendo su permiso para besarla, porque me daba miedo cagarla ya qué ella era mí primera.
Fue mi primera en muchas cosas.
Mi primer beso, la primera en conocerme incluso mejor qué yo a mí mismo, a la qué le había dedicado canciones qué intenté e intenté aprenderme en el ukelele, hasta qué mis dedos dolieron tanto cómo para no poder moverlos correctamente.
reí, sintiendo mi nariz arder y notando cómo mí vista se borroneaba.
Era ella.
Detrás de esa puerta, aquella mujer a la cuál tantas promesas le había hecho.
Cascabel, Mi Diosa del Fuego, "El amor de tu vida", cómo tanto le gustaba llamarse a sí misma, aquella chica qué había visto emocionada por libros infantiles, y a la cuál también podía ver dibujar con tanta pasión.
La chica a la cuál había terminado por perder, o dejar ir por un sentimiento de madurez, la idea de qué podría encontrarla durante mí vida adulta y qué podría conquistarla otra vez.
La qué tanto habíamos planeado que fuera la madre de "Génesis y Mikaela".
y ahora estaba allí.
tan cerca, pero tan lejos de ella, y la idea de su amor, su tacto, su todo.
a una puerta de distancia, pero aún así, estaba congelado, no podía mover ni un dedo, y prefería apreciar aquella inmóvil y opaca puerta frente a mí, cómo sí se fuera a convertir en mis peores miedos repentinamente, o cómo sí realmente creía qué ella atravesaría esa puerta y me recordaría cómo su primer amor.
— ¿Hola?
escuché a mí costado, saliendo de mí distracción y girándome, sorbiendo mí nariz que momentáneamente parecía haber dejado de arder.
— ¿Puedo ayudarte? Estás en mí puerta, jaja...
dijo aquella chica de cabello negro, corto.
se parecía a mí yo adolescente.
sus brazos estaban llenos de bolsas de compras, yo negando rápidamente y retrocediendo, viendo cómo dejaba las bolsas frente a la puerta, sobre la alfombra.
— ¿Necesitas algo?
— No, no... Pensé que.. Aquí vivía alguien a quién conocía, una vieja... amiga.
— ¿Ah, en serio? ¿Cómo se llamaba?
— ...Anna.
vi su rostro sorprenderse y luego sonreírme, yo haciendo lo mismo pero con un grado más bajo, demostrando mí tristeza que ella no sería capaz de descifrar del todo.
— ¡Wow! Mí pareja se llama Anna, supongo qué tan mal no habrá estado la dirección qué te dieron... ¿Quieres pasar?
— No, no. Venía a traerle esto, un... Un regalo para felicitarla por su independencia.
— ¿Rosas? Algo extraño...
— Son sus favoritas.
dije casi en un susurro, pasándole el ramillete de rosas, sonriendo apenado.
— Lamento la molestia.
dije mientras comenzaba a alejarme de la chica.
Al parecer sí lo había logrado, ¿Saben? Superarme. Y era algo de lo qué me enorgullecía. Porque cuándo la había conocido, éramos personas completamente diferentes.
Ella no podía ver un futuro sin mí, y yo sin ella.
Pero la vida no se termina cuándo el amor simplemente se detiene en la esquina, y uno no sabe qué hay más de eso en la siguiente cuadra, o en la otra.
Me alegraba qué ella había logrado conseguir más de eso, porque se lo merecía, honestamente. Yo podría haberle afirmado que la chica qué yo había conocido, se merecía hasta las estrellas sí alguien pudiese dárselas.
Estaba orgulloso de ella. Sí se me permitía decirlo.
Seguro qué era una maravillosa mujer, escritora, artista, o lo qué haya terminado siendo.
Sabría dónde ella estaría, pero ella no qué yo seguía existiendo, y qué siquiera había intentado aparecerme allí, cómo un intruso a su nueva vida con su pareja.
Era incorrecto de mí parte, interrumpir a otros por mis deseos egoístas del dulce amor qué tanto me había dado. Por lo qué me quedaba conformarme con lo qué tuve por aquél tiempo, y ser feliz.
escuché la puerta abrirse a mis espaldas. Pero no me giré.
"¿Quién era?"
"Un viejo amigo tuyo, al parecer, te dejó esto."
hubo un breve silencio.
alcancé el ascensor, tocando el botón mientras limpiaba una pequeña lágrima qué se escapaba por el costado de mí ojo.
"...¿Demian?"
"Un nombre muy extraño, ¿No?"
entré al ascensor, sorbiendo mí nariz y girándome mientras tocaba el botón de la planta baja, sintiendo una mirada sobre mí al girarme dando la cara a la puerta.
"Demian."
sonreí.
— Gracias.
susurré, mientras otra lágrima se escapaba, y la puerta se cerraba mientras veía a Anna comenzar a caminar o intentar correr en dirección al ascensor, en un intento de detenerme.
Gracias, honestamente.
![](https://img.wattpad.com/cover/311483663-288-k325412.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Empty Hearts - One Shots
Conto"Dedicado a aquél Cascabel incesante, qué durante mi adolescencia supo cómo encontrarme y darme cuenta del farol qué era para otros. Qué supo recordarme qué podía oír otras cosas, y qué me hizo saber, y me enseñó realmente el significado del 'Te amo...