Cada día, todos los días, la biblioteca tranquila y silenciosa, apenas y hay personas. La llovizna agradable un café gratificante, era ese silencio tan cautivador; un buen libro, una mesa sola, si, solo.
Era esa la soledad que ¿Nesecitaba? Bueno nunca le había importado en lo absoluto, normalmente la gente se alejaba de el solo por tener un ojo diferente a otro, claro muchas veces sufrió alguna burla por eso, rumores como “seguro que es contagioso” “¿Será brujería?” “eww, ¡Repugnante!” eran todos esos comentarios los que lo alejaban de los demás pero está bien si no lo aceptan por como luce pues que esa gente se ¡Joda y se vaya al carajo!
Aceptación solo quería un poco de aceptación.
La hermosa biblioteca era su refugio de todos eso idiotas que tiraban sus burlas y completos hipócritas, es tranquilo, es cómodo.
— ¡Auch!. — Se escuchó un fuerte estruendo. — Hay, hay, hay, mi cabeza. — Se quejo un tanto fuerte.
Una caida de un chico castaño, paples esparcidos, materiales y libros; el materia y libros son fáciles de recoger pero los papeles, eso es más complicado. No le importaba de cualquier manera como toda la gente no aceptaría su ayuda; le irritaba lo torpe que era, ahora ese chico se encontraba torpemente intentando recoger varias hojas de papel del suelo sin resultados de ordenar las correctamente y como no las ordenaria de forma adecuada si tenía las manos ocupadas con algunas enciclopedias y algunas cartulinas.
— Venga, usa la cabeza, quita todo ese chucherío de tus manos y recoge adecuadamente.—
Su atención a la lectura se fue hace un buen rato, diría que era gracioso ver cómo intentaba despegar una hoja del suelo pero era todos lo contrario, en realidad era humillante, decepcionante, siquiera sabía lo que hacía.
— •Bien, te odio, subconsciente•. — Dejo si libro de lado mientras su café seguía casi lleno, camino, llegó y se agachó para recoger los papeles, ocultaba sus ojos por si era uno de sus burlones. — Tan torpe, debes tener más cuidado o hacer todo despacio. — Reprendió un poco.
Su vista seguía en los papeles esparcidos, no vacilaba al ver al chico al frente. — Lo se ... Solo ... Solo quería terminar rápido pero ¡ahg! No pensé mucho. — Sin ningún insulto, cualquiera le respondería de manera estúpida y enojada, en cambio este solo acepto su error algo avergonzado.
— Ah, te sugiero dejar eso que tienes en las manos, quiero decir, de esa forma se te hará más fácil recoger los papeles ¿Sabes?. — Ya tenía una pequeña pila de papeles, claro que le dió una pequeña hojeada, solo eran unos cuantos registros de asistencia y comportamiento, el otro chico le hizo caso e hiba más rápido. — Mmm, ¿Un profesor?. — Dijo enseñándole una hoja de conducta y comportamiento.
— Nah, más bien “trabajo” obligatorio de detención. — Dijo ya con una buena cantidad de papeles en su mano.
— Bueno parece que ya terminamos. — Entrego su parte de hojas importantes aún sin enseñar su cara. — Sera mejor que no lleves tanto para tu campo de carga, podría terminar en algo un tanto ... Más ¿desagradable?. —
— Ja, lo tendré en cuenta, muchas gracias. — Dedico una sonrisa. — Amm, mi nombre es, bueno siempre me dicen Sparta, un gusto conocerte. — Extendió su mano.
— Oh, bueno a mi, me llamaban Raptor pero fue hace mucho tiempo. — Dijo inseguro, solo que está levanto su cabeza enseñando su cara inconscientemente.
Se encontraba estupefacto nunca había visto a alguien con Heterocromania, sabía de qué trataba pero siempre quizo verlo con sus propios ojos, y ahora que podía ver al hombre con tal singularidad se sentía maravillado, no apartaba su vista de los ojos de diferente color, sonrío inconsciente al hacer esto el joven volvió a agachar su cabeza.
— Ahg, no debí mostrar mi cara. — Golpeó el suelo con su pie. — Como sea, búrlate no me importa. —
Ladeó la cabeza un poco, se encontraba confundió, arqueo una ceja y frunció sus labios, casi adoble como un perro sin entender a su amo. — ¿Por qué debería de burlarme? Acaso ... ¿Quieres que me burle?. ¡Bro, jamás haría eso! E incluso si lo hiciera me sentiría mal. —
Subió de nuevo de vista, algo sorprendido, si quería tomarse su tiempo para humillarlo si que se estaba llevando el premio a “persona más cruel”. — A-acaso, no te disgusta mi otro ojo como a los demás. —
Nego con la cabeza de izquierda a derecha. — En lo absoluto, de hecho me parece increíble, tus ojos son hermosos, no es común y no lo hace malo, lo hace único e inigualable, siéntete afortunado y que nadie diga lo contrario. — Dejo los papeles de lado y luego tomo sus manos, sonrío y lo ánimo.
— Huh, eso es tan ... N-no sé que decir ... Ahmm, supongo que gracias jamás me habían aceptado por esto y me siento feliz por encontrar a alguien que no le importe como luzco.— Se volvió algo tímido momentáneamente, sus palabras se escabulleron con dificultad y alegría al mismo tiempo.
—Que no importe lo que digan los demás, ellos son unos estúpidos que se humillan solitos. —
Sonrío serenó. — ... Ah, por cierto, ¿Por qué estás en detención? ¿Qué hiciste?. —
— Esque amenaze a un alumno de sétimo grado con un lápiz. — Algo avergonzado, aunque esa vergüenza no duró mucho ya que se convirtió en una pequeña burla. — Y el men se puso a llorar, pinche cristalito no aguanta nada, solo resibe una amenaza y comenzó a chillar. —
— Hay está generación, si los apuñalada lloran, si les cortaz en dedo gritan, lloran y llaman a las autoridades, estúpidos llorones que no aguantan. —
Pasaron un buen rato charlando en la biblioteca, risas, bromas, lectura, todo tranquilo junto a alguien.
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Ya tenemos portada y es 100% original,
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Es decente y me gusta.
Sin más que decir adiós.
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