Amor en tiempos de muerte ©

Capítulo 5. Charla motivacional

La noche había transcurrido lentamente, pero los gritos resonaban en toda la ciudad. Las personas salían disparadas de sus hogares, con grandes y pequeñas maletas, y se subían directamente a sus autos. Todos se dirigían al sur, ya que el caos, según los últimos informes, había comenzado en el norte, y quedarse escondidos en su casa no era una opción.

Kirly observaba todo por su ventana, y suspiraba preocupada. ─ Espero que mis padres se queden en el sur cuando se enteren de todo esto. ─susurraba para ella misma. Mientras tanto, Mike preparaba los bultos para su larga búsqueda. Alistaba una mochila llena de cosas que podían servirle, linternas, sogas, comida, mucha comida enlatada, walky talkies, y alguna que otra ropa que podría servirle durante la temporada de otoño. Kirly volteó de repente.

─ Mike ¿Sabes qué son esas cosas en realidad? ─preguntó tratando de no hacerle sentir mal.

─ En realidad no. ─le respondió secamente, sin siquiera mirarla. ─Muchas veces hemos oído hablar de muertos en vida, de una concepción tonta; que caminan lento, que comen carne humana, que te conviertes en uno si eres mordido. ─respiró profundamente. ─Pero en realidad no sabemos lo que son hasta que los veamos.

Kirly notó cierta preocupación en su rostro.─ Debemos ir preparados para lo que se venga. ─ contestó ella con temor. ─ No sé si sea buena idea, pero papá tiene un salón de escopetas. ─ agregó de repente. ─Sé utilizar unas cuantas, aprendí durante las cacerías familiares.

Mike volteó con un cierto brillo en los ojos y se detuvo. ─Eso nos ayudará bastante. ─sonrió. ─ ¡Por qué no lo dijiste antes!

Mike tomó la mochila preparada, y la cargó en su espalda. Iba con un jean rasgado, y una polera roja. Le encantaba el rojo, al igual que Alfonsi.

La noche entraba en su apogeo. Caminaron por un largo pasillo en silencio, todo parecía abandonado. Las criadas y todo rastro de gente había corrido a sus casas al escuchar la noticia. Nadie quedaba en la gran mansión, más que él y ella. 

Kirly sentía la incomodidad del ambiente, intentaba hablar, pero no sabía que decir. Si le hablaba de ella, o algo relacionado a quedarse en la mansión, que era más seguro que estar allá afuera, en vez de salir a buscar a su ex mejor amiga, Mike podría sentir un cierto egoísmo de su parte, y podría abandonarla, al igual que Alf, que sus padres, que todos.

─ Mike, por casualidad ¿No has intentado llamarle? ─preguntó de pronto.

─ Lo he intentado ─contestó un poco sobresaltado. Cómo iba a preguntar eso, era obvio que ya lo había hecho. ─Pero fue inútil. Las líneas han caído, y todo ha colapsado. ─continuó intentando calmarse.

─ ¿Sus padres? Qué dijeron cuando...

─ Ya hablé con ellos. Fue lo segundo que hice. ─interrumpió con un poco de desesperación. ─ Se irán al sur junto a mis padres. Unos hombres vestidos de negro vinieron a casa a recogernos.

─ ¿Qué? ¿Cómo así? ─ Kirly abrió los ojos asombrada.

─ No lo sé. ─ Mike aceleró el paso, intentando tantear cuál era el cuarto de escopetas. ─Papá quería que vaya con ellos, pero yo no podía. No podía abandonar a Alf. ─miró hacia el piso, y suspiró. ─ Ni siquiera el papá de Alf mostró interés en ir por ella.

─ Quizás tengan algún plan, o... ─suspiró entristecida. ─ No lo sé.

Mike aceleró el paso, y Kirly lo alcanzó en silencio. Le dio una palmada en la espalda y le dijo ─ ¡Oye! Ella está bien... Lo sé. Sabes que es fuerte, y que ni un huracán podría vencerla ─dijo para darle ánimos. Mike no parecía muy convencido pero una chispa de esperanza crecía en él. Se acercó y le susurró al oído. ─Estoy aquí para ayudarte, no lo olvides. Soy la maestra del Ninjutsu. ─ le hizo detener e intentando sonreír, le hizo el ademán de "fighting" y dijo finalmente. ─La encontraremos. Ya lo verás. ─intentando esconder el miedo y poca fe que la invadían.