Temari corría detrás de su sensei mientras que a su lado de Kankuro daba sancadas respirando costosamente. Debían entrenar día y noche para alcanzar el mayor nivel posible en sus habilidades ninja. No podían defraudar a su padre ni a su aldea.
Serán ninjas Suna. No cualquier ninja sino los hijos del Kasekage, los representantes del verdadero poder de Suna. Si ellos fallaban, no se fallaban solo a ellos mismos, sino también a su familia y a su aldea.
Por eso Temari no había dejado de entrenar desde que empezó a los cuatro años. Tenía un control de chakra magistral para su edad y sus habilidades físicas también estaban muy por encima de la media.
Pronto empezaría su entrenamiento de chakra de viento algo de lo que estaba muy emocionada. Quería utilizar el abanico de batalla que pertenecía a su madre así continuaría con su legado y no lo dejaría morir junto a ella
Terminaron su carrera y continuaron haciendo ejercicios el resto del día. cada media hora a Kankuro se le permitía un descanso ya a ser el más pequeño, Temari en cambio no podía descansar hasta terminar el set que le habían mandado. Lo cual no era poca cosa.
Continuaron así hasta que la noche llegó y no quedaba ni un solo rayo de sol. Aún a esto Temari no se podía ir a casa no había terminado su sesión de entrenamiento. Kankuro en cambio ya había terminado la suya ya que era más corta y sencilla así que su sensei le iba a llevar a casa mientras obligó a Temari a quedarse a terminar la suya.
No le importó, ella quería volverse más fuerte y para eso no podía vaguear. No se rendiría jamás se convertiría en la mejor ninja que todos hayan visto jamás. Será la más poderosa y no moriría hasta conseguirlo
Temari sonrió ante la idea, se podía imaginar a si misma derrotando a los más grandes enemigos mientras protegía a sus hermanos y a su aldea. Sunagakure pasaría de ser conocida como una de las menos poderosas de las cinco grande naciones a ser quien creo a la gran ninja Temari
Konoha les temera por su fuerza y se veran obligados a entregarle todas las misiones que ahora recivian, traería poder a su aldea y con el poder vendría dinero con el que comprarían más agua y alimento. Todos serán felicez en Suna hasta su pequeño hermano Gaara lo sería.
Sintió un aire frío que la hizo temblar, lo que le recordo que tenía que terminar esto lo antes posible para poder volver a casa. Tardó otros diez minutos en terminar las flexiones que le faltaban. Estaba apunto de empezar el enfriamiento cuando un silbido sonó como si algo cortara el viento. Unos segundos más tarde todo estaba oscuro.
Naruto llegó a la aldea de Sunagakure con unos ojos llenos de ilusión, la aldea era tan parecida y tan diferente al mismo tiempo de Konoha.
Suna estaba construida en una especie de cráter en mitad de la arena, para entrar tuvieron que pasar por grandes piedras y acantilados, Naruto se preocupó varias veces pensando que se iban a caer. Se preocupó hasta darse cuenta que él ya estaba muerto y a él no le afectaría mucho la caída
También se encontraron unas cuantas tormentas de arena por el camino. No entendía como un ser que respiraba podía vivir en estás condiciones.
Los edificios eran muy simples y daba la impresión que todo estuviera hecho de arena. Todas las personas por las que pasaban llevaban túnicas de colores marrón algunos más claros que otros.
Naruto se rió a lo bajo al notar que todo el mundo tenía el pelo erizado. La forma en la que andaban y actuaban también era muy diferente a la que estaba acostumbrado. Eran mucho más serios y rígidos pero aún podía escuchar niños reír y jugar por las calles.
De un salto bajo del carro del mercante con el libro en mano. No quería dejarlo atrás por accidente. Empezó a investigar por toda la aldea mirando tiendas, restaurantes y hasta dentro de las casas de la gente. Tampoco es que lo puedan saber a fin de cuentas.
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Fantasma de Venganza (Fanfic de Naruto)
FanficEn un mundo de odio y destrucción, la humanidad cometió su peor error al matar al contenedor del kyubi, Uzumaki Naruto, en esos momentos celebraban el acontecimiento, pero nunca esperaron que volviera y no solo... El rey ha llegado a reclamar su cor...