1. Seductor.

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Yo seré tu vampireza...

Apareciste en mi balcón de nuevo, creí que habías sido fruto de mi imaginación, pero está vez no temí, por qué tu mirada se quedó en la mía y eso me hipnotizó, me obligaste a aceptarte y yo no puse ninguna resistencia.

Tu hermoso rostro resplandecia bajo la luz de la luna llena, me dijiste "cariño no temas" y yo simplemente te creí. Me deje besar por ti, yo jamás habia sentido algo así, mi cuerpo tembló de miedo y luego de algo más, algo más electrizante que me hizo suspirar.

¿Cómo alguien tan guapo como tú podría herirme?

Me alzaste en tus brazos mientras que yo me perdía en ti y en tu calida esencia. Tus manos tocaron mis tobillos y yo me espanté, me trate de alejar pero tú no lo permitiste.

Yo quería decirte que no estaba preparada para eso, pero tú cuerpo fue mi jaula. Deje de moverme cuando sentí tu boca en mi cuello. Tenía mucho miedo y tú lo sabías, esos besos me llevaron a un lugar donde yo jamás había estado de mi garganta salió un ligero quejido al sentir un rasguño en la piel de mi cuello pero al instante me sentí tan liviana.

¿De donde saliste y por qué estás ahora en mi cama?

¿que haces acariciando mis piernas y parte de mi alma?

Mojas tus dedos en mi intimidad para luego hurtar de mi boca un gemido, quieres mi entrega absoluta lo sé, notarás que no hay ninguna resistencia de mi cuerpo, no puedo negarme, no cuando tus dedos acarician dentro sin ningún perjurio.

El mismo cielo sabe que no puedo resistirme a ti, aunque quisiera... no quiero, deseo descubrir de lo eres capaz de hacerme sentir, tengo curiosidad de ti, de tus caricias y de tus besos.

Mi cuello arde pero tú voz me calma, solo un poco más me pides, mientras que la fricción entre mis piernas me quema. Un poco más de aire pido para poder someterme a tus órdenes, es como si esa sensación me estuviera matando y, a la misma vez, la esté gozando ¿Se puede morir de placer? Me gusta y quiero más.

Tus labios bajaron lentamente a mi pecho ¿Por que hay un rastro de sangre en tus labios?
¿Es mía? ¿Mi sangre está en tus labios?

Atónita observó como lames la punta de mi seno con deseo y después me dedicas una sonrisa.

Mi mano se dirige a mi cuello pero tú la detienes y una vez más estoy hechizada por tu mirada.

Cautivada en ti, pienso en cuanto me necesitas.

Haz robado mi corazón andante nocturno ¡que más da lo que tomes de mí! acaricias mi seno con tu mano de manera suave para luego dejar la marca de tus besos en ellos, el cielo se reveló ante tu primer toque en mi rosada cima. Me dijiste que era tu dulce niña mientras succionabas mi pezon con tu boca, en la humedad de mi feminidad acepte tus dedos una vez más. Me duele te dije, entonces soltaste mi cuerpo. Mi pezón altivo brillaba por tu boca hambrienta, tuve miedo al ver tus colmillos pero no podía moverme ni un poco, me sentía anestesiada.

Inmóvil vi como me descubrias tu virilidad.

Pensaba que esa noche moriría, por qué en tu mirada noté maldad, mi sangre escurría de tu boca y esa mirada roja llena de peligro trasaba caminos atravez de mi cuerpo.

Pero yo no tenía miedo.

¿Te gusta? Te pregunté insegura, mi cuerpo era aún joven pero tenía la gracia de ser de la nobleza, orgullosa de mi piel blanca sin ninguna marca, al menos hasta esa noche.

Ocupaste mi cuerpo de nuevo.

Tu mirada llena de cariño me hizo dudar, ¿En verdad eres tan malo?

El ardor en mi cuerpo me hizo querer gritar pero de mi boca no salió sonido alguno. No podía ser tan malo me dije cuando te sentí dentro de mi, no podías ser tan cruel para hacerme daño. Sin embargo el dolor me atrapó en una ola mortífera sin regreso.

Tú no eres humano, tu expresión se hizo oscura y succionas la sangre de mi cuello al mismo tiempo que profanas mi cuerpo frenéticamente. Pero ya es muy tarde, mi muerte ha llegado.

.

-No debí perder el control.

Jimin había eyaculado dentro de la frágil chica, aún dentro de ella sentía los últimos vestigios de placer estremecían su cuerpo.

Era deliciosa, su sangre era de una tipo diferente a cualquier otra que hubiese probado. El problema había sido que en la sed insaciable había dejado salir a su parte más sangrienta.

Se tomó el tiempo de lamer cada herida de su cuerpo y así sanar su cuerpo.

Esa había sido ya la segunda vez que la visitaba y era la desisiva, si esa chica lograba sobrevivir al veneno que había inyectado, entonces ella se convertiría en su vampireza, al menos por el corto tiempo en que duraba una vida humana.

Aquella práctica era condenada entre los vampiros pero Jimin no era de esos que iban de uno a otro humano para saciar su hambre por un rato, no a él le gustaba ser exclusivo, beber de una sola mujer y servirse del placer que ofrecía aquel ritual de la alimentación entre vampiros, por ello cultivava vampirezas, lo más cercano a una pareja para él.

Cubrió su cuerpo con delicadeza y después besó sus labios.

En verdad deseaba que ella fuese fuerte y que resistiera la transformación, anhelaba por fin tener a alguien a quien amar, aunque solo fuese por un par de décadas.

Salió del balcón tal como había llegado, volando en la penumbra de la noche.

Regresaría al castillo justo antes del amanecer y así no levantar sospechas entre sus hermanos.

Gracias por los 11k lectores 💜🌷😣no lo merezco

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Gracias por los 11k lectores 💜🌷😣no lo merezco.

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