Honey. ||WONSUN||

I

Brillas como el sol.

No recuerdo cuántas veces me he sentido así, ni siquiera recuerdo la primera vez que sentí mi corazón romperse en pedazos.

Solo tengo múltiples recuerdos de mi yo pequeño llorando en silencio, con el miedo de ser escuchado tras compartir habitación con una persona tras otra.

Con el miedo de ¿Sucede algo? inundar mi cuerpo sin poder pensar en la respuesta ante tan aterradora cuestión.

¿Realmente sucedía algo o solo era yo queriendo ser el protagonista de un libro que ni siquiera era mío?

Mi pecho dolía al ver las muestras de cariño hacia alguien más.

¿Por qué no podían ser para mí?

Suspiré, abriendo el computador y entrando a aquella red social donde podía escribir todo lo que me hacía mal, donde nadie iba a juzgarme y donde personas que desconocía pero que se habían ganado mi cariño total consolaban mi alma dañada.

¿Estás bien? ¿Quieres hablar? Estoy para ti. Háblame de cualquier cosa. No estés triste. Te amo.

Uno tras otro, de las mismas cinco personas de siempre.

Lamentaba preocuparlos por cosas tan simples como un siete en mi calificación, pero mi alma sentía un poco de felicidad cada vez que mis amigos de internet se preocupaban por mi.

Japonesito.

ESTÁS BIEN, SOLECITO?
TE AMO MUCHO

Sonreí antes de contarle lo que me pasaba, porque aquel chico de ojos rasgados hacía que mi corazón latiera con alegría y me hacía querer vivir un poco más.

solecito ):
está bien, puedes sentirte triste por una mala nota o porque un saltamontes no pudo brincar tan alto como sus amigos

Riki era buen amigo, era como esa zona de paz, podía contarle mil y un problemas y solo con sus palabras sentiría que todo estaría bien.

Aunque, claro, eso jamás iba a pasar.

Terminamos hablando de cualquier tema, como ya era normal, empezábamos con un tema serio y triste para terminar hablando de fanfics y reír por las ocurrencias.

Solté un suspiro cuando note la otra conversación.

Habían pasado algunos meses desde aquel día.

Aquel día no había dolido, supongo que aún no reaccionaba del todo, porque luego de unos días, no pude evitar llorar como un bebé en busca del calor maternal en un día de invierno por la noche.

Aún después de cinco meses me preguntaba el porqué seguía doliendo de esta manera.

Porqué me seguía sintiendo como si me hubiera caído después de horas y horas de correr con mis amigos y vecinos. Aquella sensación de cuando mi rodilla raspaba contra el asfalto, y lo que yo creí que eran litros y litros de sangre, salía y escurría por mi pierna. Mis amigos me rodeaban y lloraban gritando que perdería la pierna como el señor Lee.

Me preguntaba porqué no podía olvidar ese rostro aniñado que provocaba que mi corazón latierá con tanta fuerza, alegría y tranquilidad?

¿Por qué no podía olvidarte, Yang Jungwon?

yoyo;🌻