zero, magnetic personality.

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∘.* ➶EUDEMONIA. ୭ ̥ˋ•°➷⿻ ↷❪ ⚓꒷꒦ ↳ ▋𝕬ℭ𝔗 𝕺𝔑𝔈 ࿐ ⋆ ، 슬기 ─ ˚🗺 ༘ narrador omnisciente.




Se había regado el rumor de que una mujer en un pueblo de Alemania hizo un pacto con el diablo, con una nieta de cabellera oscura, ojos tan verdes como el pastizal y piel tan blanca como la de alguna muñeca de porcelana nacida del seno de una familia de rubios con ojos cafés y piel de tonalidades rojizas. Ante la idea de un esposo que fue dado por muerto y despertó con una afición nada común por asesinar, una hija en estado por segunda vez con un esposo que más que despreciar a la pequeña esmeralda, nacida en una noche cuya luna llena se tiñó de rojo escarlata, Hazel Brauer le llamo Selene.

Selene Ivanov, hija de un hombre con ascendencia rusa que detestaba todo lo que tenía que ver con la niña. Fue uno de los tantos efectos dominos, ver a la pequeña engendro asesinar cada bichos o comadrejas, destripar el gato que robó uno de los pescados traídos de entrega especial por semana santa que el señor Brauer limpiaba en su ahora puesto de carne. Tenía cuatro años cuando mató al gato de su padre, arrastrándola de las orejas la llevo hasta donde hombres de traje le esperaban. Viendo al piso y las manos contra su vestido Selene oía con atención lo que su padre hablaba.

─── ¿Es ella?.─── Indagó uno de ellos.
─── Dreykov dijo que quería a la niña del rumor.

─── ¿Por qué no nos ve?.

─── Ya oíste, ve a los hombres cuando te dicen bastarda.─── empujó con algo de fuerza a la niña.

Cayendo de rodillas ante los hombres que desconocía, usando un vestido azul con sangre en el, Selene miro al par de hombres mostrando las gotas de líquido carmesí sobre su rostro.

El rumbo de su travesía por la tierra cambio cuando se alejó del pueblo en un auto, una mordaza en la boca, manos y pies atados. Una inyección y perdió el conocimiento, soñó con esos tenebrosos seres translúcidos dolientes que pedían a gritos ser liberados. Escucho la risa de Maxwell Ivanov, las voces de su madre y cómo sus abuelos se alegraban de dejar de verla. Frío cubrió sus huesos, abrió sus ojos viendo una habitación a oscura y un hombre de lentes que hablaba en ruso.

Eudemonia, N. Romanoff y M. Hill.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora