Hija de Serpientes

CAPÍTULO 4

Al día siguiente. Apareció con una muñeca un poco más grande que mi cuerpo.

Era una colorida muñeca serpiente.

Seguramente... No, no creo.

"Ahora, mira, cariño. Esta es tu presa de caza."

"¿...pio?"

No importa cuanto sea una muñeca...

Era una serpiente sin importar dónde mirara. ¿Crees que podré cazar serpientes?

En primer lugar, no soy un ave de presa, podría vivir comiendo solo frutas o semillas.

Además, si es una serpiente, ¿no es lo mismo que Rozalia?

Estaba confundida.

Parecía haber muchos problemas de diversas formas, pero a Rozalia no pareció importarle.

"Voy a poner un poco de mi feromona aquí."

"Pio."

"Por favor, recuerde este sentimiento."

Rozalia apretó la muñeca para que pudiera reconocer la feromona.

Su feromona no era tan intimidante como la del señor, pero era un aroma que se sentía lo suficientemente peligroso.

Sentí como si me mordieran la nuca de inmediato.

Lo extraño fue que no sentí que fuera un peligro directo para mí.

¿Qué?

Incliné mi cabeza. Es un poco diferente, pero es porque ya sentí que conocía una feromona similar.

¿Debe ser una ilusión?

"¡Pio!"

"Después de todo, mi bebé es inteligente. Si recuerdas todo, lo esconderé y volveré."

"¡Pio!"

Asentí.

No estaba claro si podría encontrarlo cuando lo ocultara, pero no podía decir que odiara intentar hacerlo.

Rozalia regresó después de un rato.

"Lo siento bebe. Me tomó un tiempo encontrar el lugar correcto."

¿Lo estuviste escondiendo hasta ahora?

"Entonces, ¿vamos a buscarlo?"

"¡Pio!"

"Sienta lentamente las feromonas. Tiene que poder hacer esto para que la humanización posterior sea más fácil."

"¡Biii!"

¡Humanización!

Concentré mi mente en palabras que aguzaron mis oídos.

¿Dónde lo escondiste?

Si lo escondió demasiado lejos, es posible que no pueda encontrarlo.

"¡Biii!"

Sentí la débil feromona fluyendo en el viento y levanté la cabeza.

Movió ansiosamente mis pequeños pies, que estaban quietos.

¿Crees que está en algún lugar por aquí?

Moví los pies hacia adelante y miré hacia atrás. Afortunadamente, Rozalia me seguía.

Me sentí aliviada y aumenté un poco más la velocidad de mis pasos. ¿Cuántos minutos te tomó?

"¡Piooo!"

Se vio una muñeca colorida entre los arbustos.

¡Lo encontré!