1er Misterio《Capitulo 1》

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Primer contrato

ALI

El timbre de la alarma retumba en mi habitación.

—Ya te escuché, callate —la apago medio dormida y me cubro de pies a cabeza con la cobija.

Segundos después cuando ya he encontrado el sueño, vuelve a sonar y no sé si soy yo, pero lo hace con más fuerza.

—¡Ah!, —me levanto molesta, tomó el reloj y lo arrojo fuerte contra la pared—, ¿Acaso no puedo dormir tranquila?, —grito frustrada, me levanto de la cama, y entro al baño mientras me tambaleo de un lado al otro somnolienta.

30 Minutos después

—Voy súper tarde —voy corriendo mientras llevo una dona a mi boca. Tengo unos vaqueros de una talla más grande, una camisa gris con mangas, unos zapatos azul oscuro, una coleta mal echa, una gorra y sin nada de maquillaje.

  Esta es mi segunda semana de trabajo. Después de tanto buscar encontré un empleo ejerciendo más o menos lo que había estudiado, o quizá eso fue lo que les dije a mis padres. Entro al centro de investigación y voy directo al cuarto de servicio, guardo mis cosas en el estante que me corresponde y tomo el carrito amarillo con el trapeador.

—Hola, ¿cómo están todos?, —saludo alegre mientras ruedo el carrito de limpieza buscando el lugar en donde me tocaba obrar a esa hora del día. Todos ahí ignoran mi presencia.

Investigador privado, Manuel Soaje (Oficina).

—Bueno, a trabajar, —Ya adentro, comienzo hacer mi trabajo.

***

Hospital

—¿Ya me van a dar el alta?, —pregunta al doctor que lo atiende.

—En unos minutos se puede ir a su casa, Joven Farias, —acomoda el porta sueros asegurándose que el joven esté cómodo.

—¿Puede decirle a mis hermanos que pasen?, por favor, —su voz sale algo ronca y rasposa por acabar de despertar.

—Sí, señor, sus hermanos están afuera de esta habitación, esperándolo, —termina de atenderlo y sale del cuarto.

—Doctor Peña, ¿cómo sigue mi hermano?, —Rossiel, un de las hermanas del paciente, se pone de pie junto a Esteban (el hermano mayor de los Farias) y pregunta casi al instante.

—Está mucho mejor, en unas horas podrán llevárselo, tiene que tener un estricto reposo, recuerden que con la discapacidad que tiene el joven necesita de máxima atención.

—Camilo, ¿podemos hablar un momento a solas?, —pregunta Esteban y su hermana lo mira confundida.

—Bien, vamos a mi consultorio —acomoda su bata médica y mira a la chica que lo abordó hace unos segundos—, señorita, puede entrar a la habitación, su hermano la espera.

—Gracias, —obedece y ambos hombres se van al lugar acordado.

—¿Fue otro intento de asesinato, cierto?, —pregunta cerrando la puerta tras de él.

Los Tres Misterios de Ali Donde viven las historias. Descúbrelo ahora