El sacrificio de Hunter

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Ha pasado una semana desde el día de la unidad, y aunque la mayor parte de las islas hirvientes ha vuelto a la normalidad desde que detuvimos a Belos, yo no he podido salir de mi habitación, todavía puedo ver su rostro en mis sueños, o mejor dicho, en mis pesadillas.

Luz y Amity han venido varias veces a tratar de hablar conmigo, pero no las he podido ver, no he podido ver a nadie. Incluso le dije a Gus que no viniese a visitarme bajo ninguna circunstancia, hasta le pedí que se hiciera cargo de las entrañas esmeraldas, porque no estoy en condiciones de ser la capitana del equipo, no estoy lista para volver a ser la "fuerte y valiente Willow" que luchó sin miedo contra el aquellare del emperador, porque no estoy lista para aceptar que ese día, no fui lo suficientemente fuerte.

Mis padres también han intentado animarme, pero no tiene caso intentarlo, no importa lo que digan o hagan, la realidad no se puede cambiar, el pasado, no se puede cambiar, y él ya no va a volver... nunca lo hará.

Anoche volví a tener ese recuerdo mientras dormía, convertido en mi pesadilla diaria.

De nuevo, ahí estaba yo, luchando junto a los demás contra los guardias mientras buscábamos a Luz. Todo estaba saliendo de acuerdo al plan, hasta que apareció la señora Snapdragon.

Los guardias no representaban una gran amenaza, menos ahora que el padre de Amity había puesto a los abominatrones de nuestro lado, pero ella era diferente, se deshizo de todos los abominatrones en cuestión de segundos; su magia de plantas no se parecía a nada que hubiese visto antes, era ridículamente fuerte para ser una anciana.

Le dije a todos que me encargaría de ella, para que pudiesen continuar con el plan, pero esa bruja era implacable, de no ser por él, ella habría acabado conmigo. Nuestra pelea fue intensa, y esa caverna rocosa y estéril, ahora se encontraba cubierta en su totalidad por todo tipo de plantas.

Recuerdo claramente estar en el suelo, preparándome para recibir el siguiente ataque porque ya no me quedaban fuerzas para esquivarlo, cuando él me sacó de allí en un parpadeo.

Todo pasó muy rápido, lo único que alcance a ver fueron destellos de luz amarilla, que se movían como si estuviesen rodeando a Terra.

Sabía que él era fuerte, ya lo había visto pelear antes, pero esta vez era diferente, nunca había sido tan veloz, nunca había golpeado con tanta fuerza a un enemigo, era como si estuviese... poseído.

Terra ni siquiera podía seguirlo con su vista, pero a pesar de eso fue capaz de contraatacar. Aproveché esa distracción para volver a ponerme en pie, no iba a permitir que él pelease sólo contra esa bruja... o al menos, eso es lo que hubiese querido hacer.

Tan pronto como me levanté, una explosión de luz iluminó todo el lugar, el brillo era tan fuerte que me cegó. Cuando recuperé la visión, lo primero que observe fue a Terra, tendida en el suelo, y a su lado estaba él, pero, al mismo tiempo, no lo era.

Ese cabello blanco, esa piel de colores azul y amarillo, lo único que quedaba de él eran sus bellos ojos carmesí, con los que no paraba de mirar los míos directamente. De repente y sin razón, empezó a sonreír, fue en ese momento que lo noté, su voz también había cambiado, ahora sonaba como la de un niño pequeño.

– ¡Eso fue divertido! –exclamó entre risas antes de volver a mirarme fijamente– Oh, tú debes ser Willow –en ese momento comencé a asustarme.

Mis manos temblaban, pero eso no me impidió volver a ponerme en guardia, pues no necesitaba ser una genio para entender que algo estaba realmente mal.

– ¡Hey, hey! ¿Sabías que eres lo único que queda dentro de la mente de este Grimwalker? Raro ¿Cierto? Creo que le gustas, que lástima –Su forma de hablar cambiaba constantemente, en un instante hablaba como si estuviese bromeando y jugando, y al siguiente hablaba con desinterés, demostrando aburrimiento.

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