Bajo La Luna

1K 72 9
                                    

–¿¡Qué!?

–Es la única manera de llegar al otro lado, solo así podremos...

–Nada bueno viene de hacer tratos con piratas, Domi.

–Es la única forma de llegar...

El moreno suspiró derrotado.

–Bien... Vayamos.

La chica lo tomó de la mano, y caminó con él hacia el barco que estaba esperándolos.
.
.
.
–Capitán, todos están en sus puestos.

–¿De verdad?

Miró su reloj de bolsillo.

–15 minutos tarde, con algo de suerte llegaremos a nuestro destino dentro de una semana al anochecer.

Miró a sus tripulantes desde la entrada de su camerino.

–Te dejó a cargo por hoy, tengo unos asuntos que atender.

–Entendido, capitán.

Se giró lentamente, dejando que su hermoso cabello largo se moviera con cada uno de sus movimientos.

–Confío en ti.

Susurró y cerró la puerta de su camerino detrás de él.
.
.
.
–Es muy incomoda...

Su acompañante cerró el libro que había estado leyendo y la miró fijamente.

–¿Quieres que vaya a cambiarlas? 

–No es necesario...

Noé la ignoro y tomó aquellas almohadas.

–Tienes razón... Realmente se sienten muy incómodas, veré si tienen otras

–¡Espera!

El chico salió de la pequeña habitación que les habían proporcionado, ignorando a aquella hermosa chica de cabellos violetas.
.
.
.

Después de haberse perdido y de haberle preguntado a varios tripulantes sobre la ubicación del camerino del capitán, finalmente había logrado llegar.

Suspiró y tocó varias veces sin obtener respuesta.

¿Debería entrar?

Probablemente eso era lo mejor.

Cerró sus ojos y abrió la puerta lentamente, quedándose unos segundos afuera con la puerta abierta y los ojos cerrados, creyendo que el capitán lo mataría si entraba sin avisar.

–¿Aún no vas a pagarme? Eres muy cruel...

–Deja de comportarte como un niño.

Abrió sus ojos sorprendido, aquella voz la conocía muy bien...

–Cumplí mi parte del trato, ahora es tu turno, ¿No lo crees, Jeanne?

–Creí que fingir ser mi pareja sería un honor para ti.

¿Fingir? Su curiosidad lo hizo entrar lentamente a la habitación, haciendo lo posible por evitar ser visto por aquel par.

–Si me hubieras dicho que tendría que fingir ser tu pareja en una absurda fiesta y que además tendría que usar un ridículo traje... Creeme que habría rechazado el trato.

–No digas tonterías... Te pagaré bien, lo prometo, además... Debo admitir que te veías bien con aquella coleta y...

Aquel hombre se puso de pie, y acorralo a la de ojos claros antes de que ella terminará de hablar.

–¿De verdad? Eres tan dulce, mi querida Jeanne.

Noé hizo una mueca completamente incómodo, tal vez debería salir antes de que aquel par se pusiera más "romántico".

Bajo la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora