Charlotte Lombardi
Después de que Giorgia me dejara sola, comí un poco y arregle unos papeles del nuevo hotel que estará en Nueva York. Cuando termine Carolina vino a mi casa para Hasi arreglarnos juntas.
Y ahora movía mi cuerpo dejándome llevar por la música de la fiesta, aunque el corto vestido que llevo puesto se me va subiendo conforme voy bailando.
El vestido negro se me siñe perfectamente al cuerpo dejando nada a la imaginación ya que tiene un escote muy pronunciado y es muy corto, pero aún hací me siento una reina con el puesto. Y hace que se me vean más curvas, el cabello suelto le da un toque .
Debo de admitir que me veía como una jodida diosa.
Corrección lo soy.
Bailo como si no hubiera un mañana a pesar de que estoy sola ya que Caro no se en donde se metió, cuando llegamos estábamos bailando juntas pero ella vio a un chico muy guapo moreno y no hace falta ser un genio para saber que se fue atrás de el y no precisamente para jugar.
Bueno si para jugar pero de otra forma.
Ya un poco cansada y sedienta camino a la barra donde hacen los tragos contoneando un poco las caderas sensualmente.
—Una Margarita por favor.—le indicó al chico que hace los tragos.
Hago mi cabello a un lado en mi hombro para refrescarme un poco del maldito calor que hay, y no era de más ya que habían muchas personas bailando muy juntas.
El chico prepara mi trago mientras me regala una que otra sonrisa coqueta y un guiño de ojo, la verdad no está nada mal.
—Aqui tienes su trago dolcezza.
Lo deja en la barra
Mientras me lo voy tomando tomo asiento y comienzo a observar al pobre chico de la barra que mientras prepara los tragos luce nervioso por qué lo estoy viendo y Me pregunto a dónde se fue aquella determinación con la que coqueteaba conmigo, tengo que admitir que si algo me trae de un hombre es su seguridad.
La determinación en un hombre es algo que me vuelve completamente loca.
—No cree que es un poco acosador de su parte ver al pobre chico como si se lo fuera a comer, mademoiselle —un murmuró ronco en mi oído provoca que mi piel se comience a eriasar.
Joder.
Un tipo alto, muy alto me mira provocador, sus ojos verdes y las facciones muy marcadas de su cara me hacen pensar un segundo si el hombre que está frente a mi es verdadero y no una alucinación por el alcohol, bajo la mira a su cuerpo y Jesús, tiene una camisa de seda negra que se le pega completente al cuerpo al igual que el pantalón que trae puesto. Regreso la mira a su rostro después de averlo examinada y estoy segura que este hombre fue echo por los dioses griegos pero tampoco Hiba a dejar que el grandulon me intimidara.
—Disculpe que dijo.—musito.
Se sienta a lado de mi con gestos muy elegantes para mí gustó.
—Creo que si me escucho mademoiselle, chicas como husted no hace falta que le repitan las cosas y mucho menos que se las expliquen —Susurra en voz baja para nomás escucharlo yo, mientras pide un vodka.
¿Chicas como yo?
Levanto una ceja y el suelta una pequeña carcajada, provocando que escuche su ronca voz.
—Oponentes, que saben lo que quieren y van tras ello sin importar que y bien sûr très beau —añade tomando un trago de su vodka.
«seguro muy hermosas «
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Luminiscencia
Romance"Ella solamente tiene el poder de iluminar hasta mis días más oscuros con tan solo mirarla, solo ella." El rastro de un cruel pasado persiguen a Charlotte Lombardi de una manera muy lenta y dolorosa para ella. Haci prohibiendo cualquier contacto co...