🌼 Prólogo

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-- Maldita sea Felix --se acercó sobándose el puente de la nariz con los dedos-- ¡Te dije que te quites ese puto maquillage!

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-- Maldita sea Felix --se acercó sobándose el puente de la nariz con los dedos-- ¡Te dije que te quites ese puto maquillage!

La sorprendió una fuerte bofetada que casi le hace caer.

-- Ya calmate cariño, ahora mismo se va a lavar --su madre le tomó en un pequeño abrazo para acompañarle al baño mientras trataba de calmar a su padre-- Vamos Felix...

-- Ni siquiera lo sueñes Chae --la tomó con fuerza de vuelta por el brazo y la alejo del niño-- de ninguna otra forma va a entender que debe de dejar estas mariconadas de una puta vez...tienes que entender que esto no está bien Felix --dijo dirigiéndose está vez al menor-- eres un niño ¡Un hombre y te jodiste! No voy a aceptar que mi hijo sea un marica... ¡Te prefiero antes muerto!

Rápidamente comenzó a zafar el cinto que traía puesto, mientras tanto, el pequeño de entonces 5 años frente a él trataba de enconderse entre la pared, si aquello era posible, y las brillantes lágrimas que se acumulaban en sus ojos temblorosos comenzaban a caer sin delicadeza al suelo.

-- Por favor no le pegues otra vez San, está pequeño y no sabe lo que hace --suplicaba su madre.

-- Por eso mismo, Chae, ahora que está a tiempo debe de comprender que esto está mal, no voy a permitir que siga con estas estúpidas ideas de que es una jodida niña...

Caminó hacia él de manera imponente logrando al instante que comenzara a temblar aún más, tanto hasta que su piernas flaquearon.

-- N-no papi perdón, t-te prometo que ya no voy a volver a hacerlo, p-por favor perdóname, ya no lo voy a decir j-jamás --suplicaba con tanto esfuerzo, temblaba y tartamudeaba por el gran miedo que se había apoderado de él.

Justo como rogaba que no pasara, una vez más, su padre lo golpeó hasta el cansancio dejando numerosas marcas e hilos de sangre sobre su cuerpo.

Gritaba y lloraba en el suelo porque era lo único que podía hacer, había entendido que nadie podía defenderlo, comenzaba a entender que quizá se lo merecía, se lo merecía porque no veía a nadie hacer algo por él...

Su madre solo se iba a su habitación para no presenciar aquella atrocidad tal como muchas otras veces lo hacía en un intento por calmar los ataques de pánico que tenía debido a lo violento que se ponía su esposo últimamente.

Ella sabía que no estaba bien que su pequeño hijo sufriera aquello, sabía que estaba completamente mal que golpearan a un niño de cinco años...pero en el fondo, aún no asimilaba el comportamiento de su hijo, no lo aceptaba o no quería hacerlo pero, muy en el fondo se culpaba por creer que tal vez se lo merecía.

Todo era bastante confuso y difícil de procesar, aún recordaba el malestar que sintió en el estómago la primera vez que escuchó a su hijo decir que no quería usar un pequeño traje azul para su ceremonía de egreso del último año en su guardería, sintió ganas de vomitar cuando inocentemente el pequeño le preguntó si le podían comprar el vestido morado que estaba en la vitrina de la tienda.

❝ 𝙋𝙚𝙡𝙪𝙘𝙖𝙨 𝙮 𝙑𝙚𝙨𝙩𝙞𝙙𝙤𝙨 ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora