Me di la media vuelta pero lo vi y recordé lo bien que la habíamos pasado el viernes, sábado y el domingo. Así se había salido todo el fin de semana con él.
El sábado nuevamente me invito a cenar y esta vez se vengó diciendo que no me conocía lo suficiente para besarme y el domingo habíamos estado en su casa. Así que nos la pasamos con Jason y Sophie.
—No Chuck, no puedo seguir jugando con el— me di rápido la media vuelta hacia mi amigo y de inmediato lleve mi mano a mi boca —Mierda Chuck— casi grito reclamándole por no avisarme que Caitlin estaba ahí.
—Perdón, pensé que ya no dirías nada. — dijo con los ojos abiertos a tope.
—Y-Yo lo... lo siento— balbuceo Caitlin nerviosa —No era mi intención escuchar— cubrí mis ojos con desespero y una vez más me gire para caminar hacia mi casillero ignorando los llamados de Caitlin.
— ¿Mala mañana? — me encantaba sentir su aliento en mi oído.
—Pésima— confesé largando un suspiro.
— ¿Te ha molestado alguien? — pregunto serio.
—No— reí —Un problema con Chuck nada mas— saque el último libro que necesitaría para las clases de hoy.
— ¿Segura?
—Completamente.
—Bien— el timbre nos indicó que era hora de entrar a clase. Física, nos tocaba juntos.
—Hey ¿A dónde vas?
—A mi lugar— conteste obvia y negó con la cabeza, la ladeo hacia la izquierda indicándome que lo siguiera.
— ¿De verdad? — pregunte con los ojos abiertos a tope, quería que me sentara con él.
—De verdad— afirmo y sin pensarlo dos veces lo seguí.
—Muévete— le ordeno a un sujeto que la verdad ni sabía que estuviera en el salón.
—Pero ahí hay dos lugares— señalo intimidado los dos sitios de adelante.
—Muévete— repitió y estaba por decirle a Luke que nos sentáramos en los de adelante cuando el sujeto tímidamente se puso de pie. Dejando libre el lugar.
—Eres un brabucón Luke— le dije riendo.
—Siéntate— me dijo cediéndome el asiento de atrás.
La clase comenzó, era primera hora y yo ya quería salir corriendo. Bueno todos queríamos salir corriendo. El profesor explicaba el procedimiento para la resolución de unos problemas y no dejaba de escribir. El marcador azul rechinaba al ser presionado contra el blanco pizarrón.
Luke con fastidio hecho la cabeza hacia atrás, por lo que no dude ni por un segundo divertirme con sus castaños mellones.
—Me encanta tu cabello— confesé en un susurro inconscientemente, volteo a verme y sonrió.
Levanto su cabeza volteando nuevamente hacia el pizarrón, dejando al descubierto un poco de piel de la parte baja de la nuca. Con la punta de mis dedos hacia pequeñas caricias provocando que se estremeciera.
—Basta— susurro.
— ¿No te gusta?
—Sí, pero...— volvió a estremecerse