↪Jennie sólo quería saber que era pasar el día de San Valentín con la chica de la que está enamorada. Y Lisa tiene que pellizcarse un par e veces para asegurarse de que Nini de verdad se le está confesando y no es otro juego inventado por su mente.
...
Y ahí se encontraba Jennie. En medio de un mar de prendas, sin poder decidirse por cual elegir.
Tal vez debería ir de compras...
Pensó la chica un poco frustrada por no conseguir nada especial que ponerse para su cita con Lili. Pero desechó la idea al instante, ya era algo tarde para salir de compras.
ㅡEsto de tener novia, es un poquito difícil ㅡse quejó haciendo un puchero, mientras se sentaba en la cama.
¿Qué tipo de ropa le gustaría a su novia? ¿la colorida? ¿la formal? ¿monocroma? ¿casual? O tal vez... ¿Una camiseta con un unicornio de brillitos rosas estampado?
Jennie suspiró. Está vez tendría que escoger al azar o nunca saldría de esa habitación. Al final, solo tomó una blusa de un azul muy suave, y unos pantalones blancos. Cepilló con paciencia su cabello castaño y sonrió nerviosa mirándose en el espejo. Esperaba que a Lili le gustará como se veía.
Miró la hora en su celular. Eran exactamente las 6 y seguramente Lisa no tardaría en llegar.
Efectivamente, fue así, para las 6:01 Lisa estaba tocando la puerta. Jennie respiró hondo, trantando de calmar las maripositas que revoloteaban en su estómago, y abrió la puerta encontrándose con su novia, que se veía más que hermoso con esos pantalones oscuros ajustados.
ㅡHola Lili ㅡdijo Jennie impulsándose levemente en la punta de sus pies para besar la frente de Lisa.
ㅡNini te ves hermosa ㅡhalagó la mayor, recibiendo un modesto sonrojo y soltó una risita por parte de su novia. ㅡ¿Nos vamos? ㅡpreguntó Lisa tomando la mano de la chica. Se veía como una linda ángel, muy linda.
La castaña asintió. Y empezaron a caminar porque lamentablemente Lisa no tenía auto, pero aún así era perfecta para Jennie. Si estaba con su bonita novia todo era perfecto.
Ambas paseaban por la plaza, Lisa no podía estar más feliz de pasar San Valentín con su linda chica. Jura que jamás se cansaría de escuchar sus extrañas historias, porque si estaba con su Nini era más que divertido.
ㅡY entonces lo abrí, ¡era un osito azul! Desde entonces él es mi mejor amigo.ㅡsonrió Jennie, su osito azul era muy importante, así que obviamente le quiso contar a su novia sobre él. Después de todo, los presentaría algún día para que apruebe su relación. Bueno no, pero ese osito compartiría su cama matrimonial cuando Lisa aceptara casarse con ella en unos años, así que era importante.
ㅡ¿Ah sí? Debe ser una buena compañía ㅡdijo Lisa riendo enternecida.
ㅡSí, es muy suavecito y lindo. Siempre me cuida en las noches cuando tengo pesadillas ㅡdecía Jennie con los ojos brillantes, la estaba pasando muy bien en su cita. Y algo que la hacía sentir bien es que a Lisa no le molestaba la forma en que hablaba de sus peluches, y hasta le seguía el juego. Era una buena noticia para la menor.
ㅡEntonces debo agradecérselo ㅡsusurró Lisa besando la mejilla de la castaña.
Jennie rió por las cosquillas que le causaba el tacto.
ㅡ¡Lili mira! ㅡexclamó Jennie señalando una heladería ㅡ¿Podemos ir? ¡Yo quiero helado de Vainilla con fresas!
ㅡLo que tú desees, Nini.
Tan pronto la chica dijo eso, Jennie tomó su mano llevándola rápidamente a la heladería. Amplió su sonrisa una vez estuvo dentro, la decoración de San Valentín era preciosa a los ojos del menor. Lo emocionaba mucho más de alguna manera.
Lisa no podía dejar de sonreír al ver las expresiones de su linda ángel, era demasiado adorable. Y eso hacía que se preguntase como es que alguien como Jennie llegó a gustar de ella...
ㅡLili pareces un conejito bebé ㅡrió Jennie colocando una orejas de peluche sobre la cabeza de la otra. ¿De dónde las había sacado? Bueno, Lisa no tenía idea. ㅡTe ves tan linda~
Lisa no pudo evitar sonrojarse por la comparación. Y Jennie sonrió por ello.ㅡOw, tus mejillitas están rosadas ㅡdijo acercándose más a su novia para picar estas con sus dedos.
Lisa solo negó riendo y pidió los helados.
Eres tan tierno mi Jennie.
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ㅡMinnie, ¿estamos en una cita? —preguntó Miyeon levemente ruborizada.
Ambas estaban sentadas en la azotea de un restaurante con un ambiente muy romántico, sobre todo por ser un acaramelado 14 de febrero y estar rodeados de parejas.
ㅡNo sé, si tú quieres... ㅡdijo Minnie tratando de disimular su nerviosismo. Había querido salir con Miyeon desde hace mucho, pero nunca se atrevió a pedírselo realmente.
ㅡY-yo... me gustaría ㅡmurmuró Miyeon con las mejillas pintadas de rojo, bajando la miraba avergonzada.
Minnie sonrió y tomó la manita de la rubia entre las suyas acariciándola. ㅡEntonces es una cita, Miyeon.
ㅡClaro que sí, Minnie ㅡtarareó Miyeon sonriendo ampliamente, haciendo sus ojitos casi como una línea. La mayor se enamoró una vez más de aquella sonrisa.
ㅡMiyeon.
ㅡ¿Hmn?
ㅡCierra los ojos ㅡmusitó suavemente.
Miyeon la miró confundida, pero no tardó en obedecer.
Minnie rió bajito antes de acercarse a la menor para besarla de forma sutil. Y Miyeon... Ella solo se dejó llevar por los dulces labios de su Unnie.
