— Después de haber escuchado el testimonio de todos los testigos presentes en el momento de los hechos se condena a Son Chaeyoung, ciudadana Sur Coreana de 17 años, a 2 años y 9 meses en el reformatorio infantil, al cumplir los 20 años se hará su traslado a la Prisión Femenina de Seúl donde cumplirá una condena de 2 años 7 meses por ser culpable del asesinato en tercer grado de Kim Jisoo de 14 años
La sala estaba dividida en dos frente al juez, un lado gritaba, no entendía mucho, algunos celebraban, otros pedían más tiempo para mí.
Mi lado estaba prácticamente vacío, no tenía a nadie más que el abogado que el gobierno me asignó.
La madre de Jisoo me miraba mientras gritaba cosas, podía ver la ira y dolor en sus ojos.
La entiendo, si mi hija estuviera muerta por algo como lo que sucedió también lo estaría.
— ¡Eres tú quien debería estar muerta! No mi... No mi bebé — su esposo la abrazo cuando la señora casi cae de rodillas.
¿Yo? Yo estaba destrozada, casi nada hablé con Kim Jisoo pero sabía que era una buena chica.
Me levanté de mi asiento, gire mi cuerpo hacia la familia Kim y me arrodille, puse mis manos en el suelo y recargue mi frente sobre ellas.
Fue ese el momento en el que me derrumbe, llore, no porque estaba a nada de perder años de mi vida, sino porque no imaginaba el dolor que sentían los padres de Jisoo en este momento.
— por favor, perdón... Yo... — un sollozo más salió de mis labios — no quería que nada de esto sucediera... Prometo que jamás seré feliz... yo sufriré toda mi vid-
— ¡¿Se supone que eso arregle algo?! — Grito el padre de Jisoo interrumpiendo mis palabras — ¡Ella ya no estará más aquí por ti, maldita bastarda! ¡Espero mueras dentro de ese lugar!
No pude escuchar más de sus gritos ya que unos policías que al menos doblaban mi tamaño me tomaron de los brazos llevandome hacía una puerta.
No hice por pelear, ya no tenía fuerzas para nada.
❝❞
5 años después
—Reclusa Son, es hora
Baje de mi litera y camine detrás del oficial hasta la puerta de salida de reclusas.
Algunas mujeres se despedían, me deseaban una mejor vida o pedían que no las olvidará, sonreí a todas mientras me despedía haciendo una señal con la mano.
Justo antes de salir por la puerta escuché una fuerte voz al otro lado del pasillo.
Me gire viendo a la mujer que cuido de mi desde que llegué a este lugar.
—¡Son Chaeyoung! ¡Voy a matarte si regresas a este lugar!
Sonreí sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas mientras asentía, levanté mi brazo lo más alto que pude y lo agite en despedida.
—¡Estaré bien, Chaerin unnie! ¡Te llamare en cuanto pueda hacerlo!
—¡Cuídate mucho, come bien y se feliz!
Asentí, estaba a punto de gritar algo más pero el oficial me cortó haciendome salir del lugar.
Al menos pude despedirme de mi unnie...
La busque toda la mañana pero no la encontré, estaba realmente deprimida pero me alegro verla antes de salir.
Después de un chequeo rápido me hicieron hablar con una mujer que me explico que tendría que venir una vez a la semana durante 2 meses para llevar un control sobre que no esté usando drogas, un expediente de las personas con las que convivo y el lugar donde voy a trabajar.
Quieren asegurar de algún forma que cuando alguien sale de prisión no volverá al mundo criminal. Más si ese alguien tiene registrado un asesinato en su expediente, como lo tengo yo.
Sabía que conmigo todo eso no era necesario pero ellos no, solo firme.
Me entregaron el cambio de ropa que llevaba cuando entre hace poco más de 5 años y, por fin, me liberaron.
Estaba parada a mitad de una calle casi vacía sin saber a dónde ir, no tenía un lugar para llegar y tenía muy poco dinero, necesitaba un trabajo y un lugar donde dormir.
Era hora de seguir...
Bueno, bueno
La verdad no estoy acostumbrada a escribir pero tuve está idea y decidí intentarlo.
Espero no tardar mucho, tal vez antes de que termine la semana pueda actualizar.
Muchas gracias por leer la introducción.
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Boseong ; |Michaeng|
FanfictionElla sabía que no había hecho nada malo, pero todos la culpaban, sabía que fue engañada, que fue víctima del juego de otros, un juego que salió mal. Tras no soportar más, y considerarse una cobarde por hacerlo, decide huir. No tenía muchos recursos...